"¡Una guerrita por el amor de Dios!"

Siguen mis problemas de conexión (me refiero a internet, claro), justo en días que más me provoca prender la computadora y escribir todas las cosas que pasan por mi cabeza. Sin embargo, como eso no es posible, pues me toca condensar en pocos párrafos. A ver.

La muerte de alías "Raúl Reyes" (el segundo en el organigrama de las FARC), ha generado algunas respuestas por las que es bueno pasearse. No quiero ser hipócrita y decir que "lamento cualquier muerte pero..."... más bien prefiero decir que quien está acostumbrado a matar o a dar órdenes para torturar y matar no puede tener un final feliz. No podemos pretender que va a morir de viejo, no todos son tan sortarios como Fidel Castro. No me entristece ni un poquito la muerte del guerrillero, pues bastante daño hizo en vida a través de la organización que manejó.

Es muy difícil de entender la furia con que el presidente Chávez, el canciller Maduro y algunos otros funcionarios menores del chavismo (como Carlos Escarrá), han asumido la muerte de Reyes: como la muerte de un hermano, un camarada de trincheras o un compañero de tragos. Poechito Reyes, casi que dicen. Qué inhumano es Uribe nojoda, casi que escupen. "Estaban dormidos... los encontraron en ropas menores", como si el ejército colombiano hubiese tenido que avisarles para que se acicalaran un poco y no dieran ese espectáculo post-mortem de aparecer en paños menores. El que tiene razones para huir, esconderse o temer tiene que dormir con un ojo abierto, ¿no es cierto Chávez? O tal vez no dormir... ¿no es cierto Hugo?

A Chávez y a Piedad Córdova les mataron al pana. Al de los abrazos y las reuniones clandestinas en la selva, en medio de intercambio de flores, boinas y turbantes. Quizás era el pana de los buenos whiskys y uno que otro tequeño relleno de queso Roquefort, masticado a la sombra de los jardines de Miraflores.

Por eso, el minuto de silencio en Aló Presidente. Y si nos descuidamos, nos meten tres días de duelo nacional por un criminal. Por eso, la boconería y el anuncio de guerra que hizo hoy Chávez en su revista dominical.

Resteados, como en el funeral del malandro líder, salen los malandros menores (Chávez y Correa, por ahora... esperamos confiados el anuncio del malandro viejo Daniel Ortega y de los vivianes de siempre: Lula y los Kirchners), pistolas y botella de anís en mano, a movilizarse en sus motos, a hacer ruido en las calles, a vaciar al aire las cacerinas de sus armas, y a vociferar que pagarán con sangre quienes osaron matar al líder.

"Señor ministro de la defensa, ordeno que me mueva diez batallones a la frontera". Como si fuesen sus batallones personales, que solamente responden a los reflujos de sus tripas y no a recomendaciones de expertos. Como si Uribe (en quien está personalizada la guerra) pudiera asustarse porque lo amenacen con mandarle unos aviones Sukoi o unas tropas que en su vida han peleado con nadie. Como si Ecuador se va a lanzar a la aventura de una guerra, aún sin tener el presidente Correa el control político del país (apenas comienza la Asamblea Constituyente), y teniendo en su propio territorio una báse aérea estadounidense, donde está la flota aérea de guerra más moderna del continente (Base Aérea de Manta).

"Ordeno cerrar la embajada en Colombia". Gran vaina, dirán los colombianos. Gran vaina, pensamos algunos venezolanos. Como si la personalización del odio de Chávez hacia Álvaro Uribe, no hubiesen hecho inviables ambas embajadas desde hace varios meses. Como si los fuésemos a joder porque Nicolás Maduro no podrá ir más a Bogotá a exhibir su peligrosa ignorancia en las artes diplomáticas. Como si privando a los colombianos de nuestra sublime presencia vamos a ocasionarles un daño irreparable.

"Correa, te apoyamos en cualquier cosa". Como si fuese una amenaza a Colombia. Como si les dijéramos: "pilas que el pana Correa y yo somos la misma gente y si hay culebra con él, hay culebra conmigo". Como si Correa nos va a dar permiso para meterles tropas nuestras en su territorio para repeler al enemigo común (Colombia). Ahora, el presidente ecuatoriano expulsa al embajador colombiano, llama a consultas al suyo en Bogotá y lleva tropas a la frontera norte.

Mientras tanto, todo el día de hoy Chávez se ha ufanado de haberle dicho a Correa desde tempranas horas de ayer que segurito Uribe estaba mintiendo. Que si Correa me ha llamado no se cuántas veces, que si está indignado, que si "Uribe me mintió una vez más Hugo", haciendo quedar al presidente ecuatoriano como un idiota que llama a Chávez para llorarle en el hombro.

"Es el estilo de Colombia e Israel". Como si alborotando el avispero político - religioso del Medio Oriente vamos a arrastrar a medio planeta en el delirio personal de Chávez.

"Vamos a liberar a Colombia". Como si estuviésemos en el siglo XIX y Chávez estuviese soñando con entrar a caballo blanco en Santafé de Bogotá; entre una alfombra de pétalos de rosas frescas, el aroma inconfundible del café colombiano recien colado y rodeado de multitudes grannacionales.

"Uribe es un criminal y maneja un gobierno de criminales"... ¡Qué bolas! El señor del 4 de febrero, el 27 de noviembre y el 11 de abril habló.

El delirio llegó demasiado lejos. Tocará a los líderes de la comunidad internacional, más o menos estables psiquiátricamente, tratar de que los delirios revolucionarios no se nos conviertan en una terrible pesadilla para venezolanos, colombianos, ecuatorianos; y también a panameños, nicaragüenses, peruanos, brasileños, a quienes arrastraremos a una locura de proporciones épicas.

Nos tocará a todos los venezolanos asumir nuestras responsabilidades de una buena vez, despertar de la anestesia petrolera y amarrar a nuestro loco, antes que alguien más se nos adelante.

Por desgracia, está llegando la hora soñada por Chávez: la hora de la guerra con Colombia. Antes que eso ocurra, recordemos el pacto entre Miguel Otero Silva y Gabriel García Márquez ("si hubiese una guerra entre Venezuela y Colombia, MOS se pararía en la Plaza Bolívar de Caracas a gritar VIVA COLOMBIA y el Gabo se pararía en la Plaza de Bolívar de Bogotá a gritar ¡VIVA VENEZUELA!").

Está llegando la hora de organizar esa acción masiva entre quienes no queremos guerra, mucho menos con Colombia.

¡¡¡¡VIVAN VENEZUELA; COLOMBIA Y ECUADOR!!!!!

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