La tragicomedia del secuestro

La situación que está planteada alrededor de los secuestrados por los grupos irregulares colombianos (principalmente las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia o FARC) ha puesto a prueba la capacidad diplomática y de negociación de los gobiernos del continente.

Aparte de Colombia -por razones obvias-, en el enredo están involucrados en mayor o menor medida los siguientes países: Venezuela; Estados Unidos; Francia; Ecuador; Brasil; Argentina; Bolivia y Cuba.

La "internacionalización" del conflicto tiene dos caras muy evidentes: la negativa, darle beligerancia y un inmerecido protagonismo a los factores irregulares de Colombia. La positiva, muchos ojos del mundo están puestos sobre la situación en Colombia y la sensibilización de la comunidad internacional respecto la gravedad de la situación.

Es absolutamente detestable que los rehenes, con la ex-candidata presidencial Ingrid Betancourt a la cabeza, sean las monedas de canje en este conflicto armado. Es totalmente repugnante que la acción de liberar a algunos rehenes tenga como intención velada la de "endulzar" la imagen de las FARC y sus cabecillas. Es completamente despreciable el intento de distintos factores políticos del continente de obtener réditos para sus respectivas imágenes.

Sin embargo, los secuestrados por las FARC ya son noticia mundial, y eso es un logro en un planeta globalizado e interconectado. Pero no lo es todo. El mismo planeta globalizado no ha podido parar secuestros, asesinatos, torturas, genocidios en otros lugares del mundo... aunque los ha visto en vivo y directo a través de fotos y videos. Eso quiere decir que hace falta mucha voluntad y muchas acciones para poder concretar una solución favorable al conflicto.

De repente, tal vez sin esperarlo, las FARC están en el centro del escenario con todas las luces encendidas. Un mal movimiento los desprestigiará notablemente ante quienes no conocen su historial. Por ello, creo que la anunciada liberación de tres rehenes se concretará "exitosamente"... si es que puede catalogarse como éxito que 3 seres humanos inocentes vuelvan a la libertad.

Las implicaciones para Venezuela son variadas: si la liberación de todos los secuestrados es exitosa, sin dudas Chávez vivirá una especie de luna de miel internacional -que no puede negar cuánta falta le hace- hasta la próxima trastada. La pregunta es: ¿a cambio de qué? ¿qué precio pagará Venezuela por todo ésto? ¿qué precio tendrá que pagar Chávez? Aquí es bueno recordar que la comunidad internacional es, principalmente, una comunidad de intereses. El día que Chávez deje de servir para algo, sea lo que sea eso para lo cual sirvió, simplemente le darán la espalda. Eso cuenta la historia y esta vez no será la excepción.

Desgraciadamente, la vida de muchas personas está en juego -más de cuatro mil según algunas fuentes locales-. Es decir, lo de la liberación de tres rehenes es apenas un guiño simbólico, una migaja lanzada a las fieras de la opinión pública internacional.

No se cómo verán las FARC que Chávez sea el más visible de los beneficiados con todo esto del "canje". No creo que haya sido el plan inicial. Creo que el plan era para beneficio de dos, el plan era sacarse las pulgas mutuamente y quedar más limpios frente al mundo. Ahora, las FARC están casi obligadas a liberar a tres rehenes y probablemente tendrán que dar más muestras de "desprendimiento"... y vuelve la pregunta, ¿a cambio de qué?

La liberación de Ingrid Betancourt parece lejana y ruego a Dios equivocarme. Sin ella, a las FARC sólo les queda combatir, y allí están en inferioridad de condiciones.
Nunca entendí la decisión del gobierno colombiano respecto a la mediación de Chávez en el conflicto. Creo que se jugaron la carta de la mediación para provocar alguna respuesta. Uribe sabía a qué se exponía dándole protagonismo a quien tanto lo necesita.

Si Chávez no lograba nada, limpiaba su imagen ante el gobierno colombiano y ante el mundo, mientras Uribe quedaba como el que es capaz de aliarse hasta con el diablo con tal de lograr la paz.

Si Chávez hacía una trastada, se evidenciaba la filiación del gobierno venezolano con las FARC y se victimizaba al gobierno colombiano. Por todos lados, había ganancia. Aunque nunca pude saber qué es lo que exactamente buscaban. Lo malo es que en esas hipótesis nunca figuraban los verdaderos afectados: los rehenes; los desplazados por la guerra; los muertos, heridos y sus familiares. Ellos son sólo moneda de canje.

Y, en medio de esta tragedia, la controversial senadora colombiana Piedad Córdoba, quien no ha podido ocultar su desmedido afán de figuración en el plano internacional y su gran histrionismo (ha llorado ante cámaras y ahora también dice que la quieren matar). La señora de los turbantes parece la asistente personal de Chávez, lo cual debe ser una vergüenza para el país vecino.

Ojalá la tragicomedia termine bien para las verdaderas víctimas. Aunque no hay nada que devuelva la normalidad a las vidas de estas personas. Por esta vez, deseo que Chávez tenga éxito en su gestión y que de una vez por todas normalice la relación con el gobierno colombiano. Ni Venezuela ni Colombia se merecen un enfrentamiento que nos costará sangre, sudor y lágrimas.

Yo sería capaz de promover una petición a varias instancias internacionales: la OEA; los gobiernos de Colombia; Brasil; Argentina; Chile; Cuba; Estados Unidos; España; México; así como a sus respectivos Congresos; a Human Rights Watch; Amnistía Internacional; ONU -UNICEF - ; Unión Europea, etc... la petición sería que POR FAVOR intervengan en los diversos conflictos graves que tenemos en Venezuela (ojo, hablo en serio):
  • Que intercedan en el problema de violencia interna producto de la delincuencia: por ejemplo, casi 300 asesinados en los días de Navidad.
  • Que intercedan por la liberación de los presos políticos y el regreso de los exiliados. La liberación de Francisco Usón es a Venezuela lo que la liberación de los tres rehenes es a Colombia (una migaja).
  • Que se interceda a favor de la libertad de docenas de secuestrados venezolanos que están en las manos de las mismas FARC.
  • Que se investigue y se responsabilice a alguien de la muerte de los cubanos en altamar, que encontraron la muerte buscando su libertad (al menos 25 muertos). Aunque no es un problema venezolano, es un problema humanitario al cual habría que dar respuestas.
Si el conflicto armado colombiano tiene tanta prensa en el mundo, ¿por qué no habría de tenerlo nuestro propio conflicto armado que deja más muertos?

¿Quién se atreve a lanzar esa piedra y empezar a hablar de las cosas urgentes que nos agobian?

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