Hanukkah



La semana pasada se celebró el Hanukkah, una celebración judía bastante cercana en significado a lo que es la Navidad celebrada por los católicos. Al menos, es un espacio de unión familiar, que rememora hechos históricos. La celebración del Hanukkah dura ocho días, que terminan hoy.

La historia no es mi fuerte, menos la historia de las religiones. Sin embargo, me remito a algunos datos que he conseguido en internet para entender mejor esta celebración:

  • Con el solsticio de invierno, en Hanukkah se conmemora la victoria de los Macabeos sobre Antiochus IV de Siria en el año 165 a.C.
  • Hanukkah, o el Festival de las Luces, evoca la reinauguración del Templo de Jerusalén recuperado de las manos de pueblos politeístas de Medio Oriente que habían instalado sus ídolos paganos y saqueado los tesoros del templo.
  • De allí es que proviene el nombre de la festividad porque Hanukkah en hebreo significa inauguración.
  • También rememoran el milagro de cuando el aceite que tan sólo alcanzaría para alumbrar las lámparas por un día, lo hizo por ocho días consecutivos. Por ello, es la festividad más sagrada para la comunidad judía.
  • Hanukkah es una celebración llena de bendiciones que evoca milagros, tradiciones, símbolos y delicias transmitidas de generación en generación.
Otra versión, más elaborada:

  • Hanukkah, que en hebreo significa "dedicación", refleja el Templo de Jerusalén, ubicado en el pueblo de Modiin, recuperado por Judas Macabeo del Rey Antioque IV de Siria. El líder griego Antioque prohibió las costumbres judías y obligó a los hebreos a venerar a los dioses griegos. Macabeo y su pequeño grupo de seguidores vencieron al ejército griego en un período de tres años a pesar de tener una legión más pequeña de guerreros y armas y así recuperaron su tierra.
  • Después de esa victoria, Macabeo y sus aliados visitaron el Templo Sagrado, pero no encontraron más que un templo seriamente dañado. Con el tiempo, limpiaron y restauraron el templo y, una vez terminado, decidieron que debería ser dedicado y celebrado nuevamente. Como parte de la celebración, volvieron a encender el Menorah (candelabro) que fue dañado y reparado una vez finalizada la lucha.
  • Al no poder hallar provisiones de aceite, contaban con única fuente contenida un pequeño frasco. Se determinó que había suficiente aceite como para que la vela ardiera durante sólo un día. Milagrosamente, el aceite duró ocho días, lo que les dio tiempo suficiente para obtener aceite purificado para volver a llenar el Menorah y así mantenerlo encendido continuamente. En consecuencia, para rendir homenaje al milagro de los ocho días, los judíos celebran Hanukkah encendiendo una vela en un Menorah por cada una de las ocho noches.
A los judíos (y a todos en general, aunque no seamos judíos), con todo mi respeto:

¡Feliz Hanukkah!

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