Muestras de cariño y compromiso recibieron durante el recorrido Chávez y Raúl, que comenzó en el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo e incluyó las inmediaciones del reparto Versalles, carretera del Morro, la populosa Trocha, Plaza de Marte, Las Avenidas Garzón y de las Américas, la Plaza de la Revolución, la Carretera Central y el Paseo Martí.
Particular interés despertó su visita al antiguo Cuartel Moncada y la Granjita de Siboney, sitios de gran significación histórica porque en ellos se gestó, organizó y se llevó a cabo la acción armada que prendió la llama por la definitiva independencia de la Patria.
Desde el balcón del Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, los pioneros santiagueros clamaban a ritmo de la conga de Los Hoyos: «Chávez no se va», «Chávez te queremos», mientras el presidente de la República Bolivariana de Venezuela daba un abrazo al General de Ejército Raúl Castro y hablaba unos minutos con los máximos dirigentes del Partido y el Gobierno en la provincia oriental, Misael Enamorado Dager y Rolando Yero.
Era su entrada a la heroica ciudad, y en un breve intercambio con la prensa, el emocionado comentario: «Veníamos viendo desde el aire la Sierra Maestra, y entonces uno se imaginaba haber sido soldado. Yo soy un soldado guerrillero de la Sierra Maestra, del Cuartel Moncada. De ahí venimos nosotros».
De la añoranza a las palabras para esta región que también es parte de sus anhelos revolucionarios: «Santiago que siga siendo Santiago: cuna y motor de la Revolución, del ALBA, que es el nuevo camino y el nuevo horizonte».
Este fue el preludio de un día cargado de buenos presagios, con un sol luminoso ya despertado hacía rato sobre la Sierra.
El presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías, llegó en horas de la mañana a la ciudad de Santiago de Cuba donde fue recibido por el General de Ejército Raúl Castro. Al arribar por el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, una representación del pueblo, pioneros y las autoridades del Partido y el Gobierno del territorio, dieron la bienvenida al distinguido mandatario y a sus acompañantes.
Chávez expresó: "Vengo a Santiago de Cuba a alimentarme de sus raíces profundas, martianas, revolucionarias y fidelistas, desde el aire venía viendo las montañas de la Sierra Maestra y me imaginaba que soy un soldado de la Sierra y el Moncada".
Miles de pobladores, situados a ambos lados de la vía, demostraron el júbilo por la visita del líder bolivariano a lo largo de los trece kilómetros de recorrido, por las principales calles y avenida.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se convirtió en el primer ciudadano extranjero en recibir la réplica del machete del prócer independentista cubano Antonio Maceo, y el Escudo de esta Ciudad Héroe. "Estoy desbordado, inundado de sentimientos y no sé por dónde empezar", dijo Chávez.
Este gesto de las autoridades provinciales de Santiago de Cuba se fundamenta en que Chávez "es fiel reflejo y tangible exponente de las cualidades que más despuntaron en la personalidad del Lugarteniente General Antonio Maceo".
El legendario caudillo oriental, llamado El Titán de Bronce, es considerado "el más aguerrido de los generales cubanos en las luchas por nuestra independencia", sostiene la resolución que avala la decisión. "Gracias a Cuba y en especial a Santiago de Cuba", afirmó el estadista bolivariano, quien rindió honores este sábado aquí al Héroe Nacional cubano, José Martí, en el mausoleo que guarda los restos del insigne patriota.
El líder venezolano visitó ayer, por primera vez, a la segunda ciudad en importancia del estado caribeño, donde fue aclamado por más de 200 mil pobladores.
Chávez le dijo a Raúl Castro que estuvo a punto de romper el protocolo durante el recibimiento -que calificó de apoteósico-, y lanzarse en el mar de pueblo que lo esperó en las calles principales de la ciudad, unos 890 kilómetros al este de La Habana.
Como en un cuento de Eduardo Galeano -comentó- le dije al primer vicepresidente cubano: "Raúl, ayúdame a mirar". Igualmente le fue obsequiada una guayabera, prenda de vestir típica de los cubanos, confeccionada por artesanas santiagueras, y una pelota de béisbol firmada por los integrantes del equipo Santiago de Cuba, campeón nacional en la pasada contienda.
"Quien no conoce a Santiago de Cuba, no conoce la mitad del mundo; he conocido hoy la mitad del mundo", sentenció. "Esto es patria pura", afirmó, tras recibir la réplica del arma clásica empleada por los insurrectos durante las guerras independentistas contra el dominio español, a lo largo del siglo XIX.
Recordó que en fecha reciente la nueva presidente de Argentina, Cristina Fernández, lo calificó de soldado y patriota de América y agregó: "Es cierto, soy un soldado de Antonio Maceo, de Simón Bolívar, de (Francisco de) Miranda y de (Antonio José de) Sucre"."Hubiera querido ser un soldado raso de las tropas de Fidel Castro en la Sierra Maestra", comentó.
"Esa es mi raíz existencial esencial", remarcó, para seguidamente declamar, emocionado, el poema épico de Andrés Eloy Blanco, "Mai Santa, el último hombre a caballo". Chávez mostró a los presentes su escapulario, con la Virgen del Carmen, llamada en Venezuela la Virgen de los Soldados, una reliquia con más de 100 años de antigüedad.
Imagino que a través del crisol cubano, nosotros los venezolanos debemos ser una manga de traidores que no nos merecemos a tan grande hombre. Chávez, emulando inconscientemente a Bolívar, no es profeta en su tierra.
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