Venezuelan black (3)

Como se nota que no escucho ni veo ¡Aló Presidente! Hace unos cuantos años decidí no hacerlo como una medida urgente de higiene mental. Confieso que me parece un poco insalubre dedicarle dos - tres - cuatro - cinco - seis, o las horas que sean, a un personaje dedicado a destruir el país en el que nació pero el cual parece odiar con todas sus fuerzas.

Ni ¡Alós! ni cadenas. Lo que no quiere decir que no me entere. Igual se que alguien, por trabajo, tiene que ver esas largas peroratas y hacer algún tipo de resumen. Aunque también tengo claro que en los resúmenes puede perderse el detalle que delata la perversión o la falta de escrúpulos. Finalmente, serán los pequeños detalles los que contarán la verdadera historia de toda esta tragedia que lleva 10 años.

Por eso, mientras escribía ayer lo de "Venezuelan Black", no me había enterado que el señor presidente había dedicado parte de su perorata a este mismo caso. Y, por supuesto, su posición fue en la acera opuesta a la mía. Lo que yo siento como un caso exitoso de un producto venezolano, el presidente lo siente como una amenaza y una clara demostración de cómo los imperialistas nos quieren seguir colonizando por los siglos de los siglos. Una lección de negocios se convierte en un detonante de odios mal mezclados en las tripas presidenciales.

Así lo reseña la misma BBC hoy:

Sólo pocas horas despues de que BBC Mundo publicara un artículo sobre la popularidad del chocolate producido por Harcourt Cooze con cacao venezolano, el mandatario criticó el proyecto del empresario británico.

Chávez designó "una comisión para inspeccionar esa hacienda para buscar la historia, la geografía y las ciencias jurídicas a ver qué es lo que pasa allí", según informó la agencia de noticias oficial ABN.

"La colonia está todavía aquí y el caballero se vuelve rico y los trabajadores que vayan a ver cómo viven, en pobreza. Son 500 años de explotación", indicó Chávez.

Vaya usted a saber qué tecla tocó esa noticia en la merengada doctrinaria que tiene el presidente en su cabeza. Es malo tener algo de éxito, según estas ideas llenas de telarañas que recorren las sienes presidenciales.

El problema para Chávez es que todo este enredo tercermundista lo que hará es catapultar el producto Venezuelan Black en Londres. Mayor demanda y menor oferta es igual a aumento de precios. Es parte de la compleja lógica del capitalismo, a la cual hay que entender para poder aprovechar.

Por su parte, Harcourt Cooze le dijo a BBC Mundo que siempre ha tratado a sus empleados con el mayor de los respetos y que los ha ayudado financieramente cuando lo han necesitado.

Harcourt-Cooze aseguró que no tiene nada que temer.


El empresario declaró que no tiene nada que esconder y que está de acuerdo con que las autoridades venezolanas visiten su hacienda.

Harcourt-Cooze indicó que está dispuesto a conversar con los representantes del gobierno de Caracas sobre sus preocupaciones.

Hasta el momento de publicación de este artículo, el embajador de Venezuela en el Reino Unido, Samuel Moncada, realizaba consultas con la Cancillería en Caracas por lo que no hizo ningún tipo de declaraciones.

Decía Chávez en su perorata que no era posible que se vendiera el chocolate a un precio infinitamente superior al costo de producción en Venezuela. Chávez no entiende eso. Chávez no entiende de "valores agregados". Chávez no entiende de "transformación de la materia prima en bienes de consumo". Chávez no entiende de la posibilidad de abrir mercados puntuales para productos específicos que ayuden a diversificar la economía. Chávez no entiende que abrir mercados significaría mejoras en los ingresos y en la calidad de vida de los trabajadores.

El mismo personaje que se ufana de "vender" su petróleo a más de cien dólares el barril, muy por encima del precio "real" del producto, es el mismo que quiere controlar todos los precios de todos los productos existentes.

Claro... con chocolates no se financian revoluciones, pero sí se dan ejemplos de éxito que nada tienen que ver con el socialismo.

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