Bolivia, sus caras y sus crisis

El pasado domingo se realizó el referendum revocatorio para las principales autoridades del país: el presidente, vice-presidente y los prefectos de los nueve departamentos.

Tanto el presidente, vice-presidente y los prefectos de la llamada "Media Luna" (departamentos que concentran las riquezas del país y que se oponen a las políticas del gobierno central) fueron ratificados en sus cargos. Y no sólo fueron ratificados, sino que los porcentajes no dejan lugar a dudas o a trampas de algún tipo.

Apenas escuché al final del día domingo la primera estimación de los resultados, pensé en una hipótesis que por bizarra no deja de ser una posibilidad.

Por cierto, pido disculpas de antemano a mis amigos bolivianos por la simplicidad de este análisis. Está claro que no es lo mismo ver los toros desde esta barrera tropical.

De entrada, la ratificación de las partes en conflicto (presidencia y prefecturas "opositoras"), deja a Bolivia en un juego un tanto perverso de "suma cero"; es decir, nadie gana y nadie pierde. O todos ganan, lo que es lo mismo que nadie gana nada.

¿Por qué decir que este juego suma-cero es perverso o puede interpretarse como tal? Sencillo. Pareciera que los bolivianos le dijeron a su presidente y a sus prefectos opositores: ¡Ustedes se quedan donde están! ¡Nada de estar pensando en largarse! ¡Ustedes nos arrastraron hasta acá... ahora se quedan carajo!

En algún momento pensé que Evo Morales aprovecharía esta oportunidad para salir "decorosamente" del Palacio Quemado (palacio de gobierno, con sede en La Paz), y no en medio de una revuelta popular o un golpe militar. Pero, definitivamente, para cualquier político el poder es el objetivo. Y don Evo no escapa a esa lógica.

Claro, probablemente me argumentarían que Evo Morales triunfó en los departamentos que siempre triunfa, pero perdió abrumadoramente en los que se le oponen (como Santa Cruz y Tarija). Eso cambia la perspectiva porque lo que hace es grabar en piedra lo que ya ocurría antes del referendum. Es decir, se perpetúa la crisis.

Hay otra perspectiva posible. Las autoridades, las ratificadas o las que sustituyen a las revocadas, tienen una nueva oportunidad para ser creativas en la búsqueda de soluciones políticas viables, adaptadas al siglo XXI, pensando en el siglo XXII, no retrocediendo al siglo XIX.

El gran aprendizaje es que los referenda revocatorios no son instrumentos eficientes para manejar crisis estructurales: o paralizan todo o desatan todo. Pero difícilmente resuelvan algo. Casos Venezuela y Bolivia son evidentes.

Ojalá Bolivia ya haya "tocado fondo" y lo que venga sean nuevos horizontes.

Pero como pesimista militante que soy, tengo mis dudas. Los viejos demonios extremistas que lesionan la viabilidad de Bolivia no han muerto, ni mucho menos. Volverán para inquietar de nuevo a todo un continente que observa con demasiada cautela cómo la "Hija Predilecta del Libertador" se desintegra ante sus propios ojos.

La otra cara...

Pero la otra cara de Bolivia está bien lejos de ser perversa, demoníaca o apocalíptica. A pesar de toda la crisis, o tal vez acicateada por ella, hay un reservorio de crecimiento y creatividad que sorprende al más desprevenido.

Hoy, en este momento, se está presentando el libro "Al Sur de este Silencio", en la Cinemateca Boliviana ubicada en La Paz. La autora, una gran amiga, Camila. Desde aquí, un poco más arriba de la línea ecuatorial, te deseo lo mejor en esta faceta de tu vida.

Y recuerdo siempre una frase que me gusta y que tiene que ver con quienes escriben (lo cual me incluye, claro):


"La escritura es el lenguaje del ausente"

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