Por siempre, un País Portátil

Los últimos acontecimientos relacionados con Venezuela tienen un tinte dramático: por una parte, el rechazo a la amnistía a los comisarios de la Policía Metropolitana, acusados de delitos de lesa humanidad por los hechos del 11 de abril de 2002; por otra parte, el ruego contínuo de Chávez respecto a las FARC y el ELN (los mismos que, según el presidente, tienen un proyecto bolivariano que aquí es respetado); mientras aquí se irrespeta diariamente a los venezolanos, mediante la inflación, desabastecimiento, delincuencia, entre otros pesares; todo ésto me hace pensar en que Venezuela es hoy un país empujado hacia un barranco por los planes delirantes y demenciales de la tropa que nos gobierna.


Venezuela es, parafraseando al recientemente fallecido Adriano González León, un País Portátil. Pero también, un país volátil, un país incendiado y escindido, pasto de las mentes enajenadas de extremistas a quienes no les interesa la suerte del país, sino la suya y la de sus proyectos.

Este país volátil es, simplemente, una excusa para sumar y multiplicar odios en nombre de un pasado que se nos vende como un futuro inevitable. Cual uroboro que funciona como una maldición en vez de una esperanza.

Páis Portátil, don Adriano. Una metáfora que nos define y nos desnuda, tanto ayer como hoy, en nuestras carencias y en nuestras lejanas posibilidades.

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