El editorial del periódico El Mundo (España) del domingo 13 de enero, se titula de esa manera: Chávez, ese gran manipulador.
Entre otras perlas, el editorial dice:
"El papel político jugado por Hugo Chávez en la liberación de Clara Rojas y Consuelo González, secuestradas por las FARC, sólo puede merecer el más absoluto repudio. Si alguien tenía dudas de la calaña moral de este personaje, su actuación en este episodio demuestra que carece de los más elementales principios y que está dispuesto incluso a justificar el terrorismo si ello le beneficia.
Cualquier Gobierno u organización internacional tiene la obligación moral de hacer lo posible dentro de la legalidad para salvar vidas humanas o poner en libertad a rehenes. Pero esto no es lo que ha hecho Hugo Chávez, que ha intermediado en la liberación de estas dos mujeres para en un ejercicio de manipulación apuntarse un éxito político, humillar al Gobierno colombiano y ensalzar a las FARC.
Que Chávez apoye a estas bandas mafiosas retrata cual es el proyecto político que defiende: una dictadura de izquierdas, sin libertad de expresión ni respeto a los derechos humanos y con él como presidente vitalicio.
Los venezolanos, como dejaron patente en la reciente consulta, se han dado cuenta y le han retirado al menos parcialmente su apoyo. La comunidad internacional debería aislar a este autócrata y respaldar a la oposición democrática que intenta sobrevivir a sus zarpazos."
Contundente. Demasiado alarmante. Pero un buen diagnóstico de lo que aquí está ocurriendo. No es un juego lo que está haciendo Chávez, nos está comprometiendo en un conflicto internacional de impredecibles consecuencias. El muchacho quiere jugar a la guerra sin haber sufrido nunca los rigores de una trinchera o los olores pegostosos de la pólvora en medio del silbido de los disparos.
En el pasado mes de noviembre, en medio de la euforia de la negociación con las FARC, cuando aún era mediador oficial, Chávez hizo una gira por el Medio Oriente, que lo llevó a Irán y Arabia Saudita a la Cumbre de la OPEP. De allí, viajaría a Francia, país en el que se iba a presentar con las pruebas de vida de Ingrid Betancourt, cosa que nunca ocurrió.
En ese entonces, en medio del furor, a Chávez se le ocurrió decir algo así como: "uno anda buscando la paz en todos lados, estoy seguro que podemos conseguirla en Colombia... y también uno puede ofrecerse a poner su granito de arena por la paz del Medio Oriente... podría mediar entre Irán y Europa por ejemplo".
¿Se imaginan semejante despropósito? La zona más conflictiva del planeta, el Medio Oriente, no necesita que otro insano intente meter su nariz allí. Chávez mediando a favor de Irán, imponiéndole condiciones a los estadounidenses, franceses y demás miembros de la Comunidad Europea. "Los iraníes son buenos, tienen un plan bolivariano, nuclear, socialista, que nosotros respetamos... pido reconocerlos y no hostigarlos más... el imperio es el culpable de todo lo que pasa allá".
Las consecuencias serían impredecibles.
Entiendo que en España pongan las barbas en remojo: con los conflictos de los últimos meses entre España y Venezuela, capaz que Chávez quiera "madrugar" a Zapatero y al Rey con una "mediación" con la ETA, porque seguro esos tampoco pueden ser terroristas, deben tener un plan bolivariano absolutamente respetable.
Así estamos.
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