Mundo bizarro

Como vivimos tiempos inciertos, cuando lo malo es bueno, lo correcto se transforma en incorrecto y lo blanco viene siendo negro, es conveniente tomar aquellas cápsulas de realidad que pretenden vendernos como liebre cuando no es más que un gato pardo mal disfrazado.

En algún momento comenté que algunos acontecimientos del país estaban cercanos a aquello que vimos cuando niños en los comics de Superman: el mundo bizarro; un mundo donde todo es al revés y se trastoca el sentido de realidad que conocemos.

Por cierto, el "código" de lo que es ese mundo bizarro (el de Superman) queda en esta imagen al lado.

Nuestro mundo bizarro, el criollo, arrojó una perla esta semana. Hace pocos días, en ese lodazal llamado La Hojilla, tanto su conductor como la señora Eva Golinger, acusaron de "instigación al magnicidio" y "terrorista" al caricaturista Weil (no a Marulanda, ni al Mono Jojoy ni a Rodrigo Granda).

¿La razón? Una caricatura hecha tiempo atrás, luego de una de esas infinitas acusaciones de Chávez de que Estados Unidos nos quiere invadir. Poechito Chávez, esa caricatura del golpista-terrorista-manicurista pudiera darles ideas perversas a los malucos gringos que no hacen otra cosa que planear la invasión a Venezuela y que no duermen pensando en cómo echarle alguna vaina a mi comandante.


Lo bizarro es más que obvio: las FARC tienen un plan bolivariano respetable; aunque asesinen, secuestren y torturen. Un ejército al que hay que respetar y darle carácter político beligerante. Un caricaturista, Weil, es tildado de terrorista por dibujar algo que a los matones que nos gobiernan no les gusta. El que dibuja es terrorista e instigador de asesinatos; el que asesina tiene un plan y es respetable.

Así estamos.

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