Comienza el "round robin"

La vida sigue. Y el béisbol venezolano también. Hoy comienza la fase tradicionalmente más emocionante de nuestro béisbol. Aunque hay que ser sinceros, esta temporada regular fue emocionante como pocas: hasta el último día había tres equipos con chance de clasificar; algunos juegos fueron de muy buen nivel; peloteros venezolanos de las grandes ligas jugando; el retiro de un vigente Omar Vizquel (para mí, el mejor short stop de "mi" generación).

También, una temporada marcada por la insólita eliminación de los dos equipos más tradicionales de nuestra liga: Navegantes del Magallanes y Leones del Caracas. A cambio, un equipo nuevo como Bravos de Margarita o con problemas internos como Caribes de Anzoátegui, dieron la talla mostrando un excelente nivel.


Para quienes no sepan, la rivalidad de Magallanes y Caracas se remonta a unas cuantas décadas atrás. Cada vez que esos dos equipos juegan, generalmente hay buena taquilla y se nota la pasión extra que ponen los beisbolistas. Un Caracas - Magallanes, aún cuando no se sea caraquista o magallanero como es mi caso, es una experiencia única que hay que vivir. Dudo que otra liga de béisbol, por muy caribeña que sea, ofrezca un espectáculo de esa magnitud. Tal vez algo de ese estilo, con el perdón de mis amigos argentinos, sea la rivalidad que se vive en "La Bombonera" entre el Boca y el River.

Caraquistas y magallaneros se la pasan "peleando" en todos lados: no hay salón de clases, oficina, transporte público, concierto musical, concentración política, que no se vea envuelta en alguna discusión que despierta pasiones. Como no me gusta ninguno de los dos equipos, a pesar de haber nacido en Caracas -una curiosidad que pocos entienden-, no me voy a ensañar mucho con ellos. Lo cierto es que cuando alguno queda eliminado, las bromas de los fanáticos del otro equipo se prolongan todo el año, aunque nuestra temporada tenga apenas 4 meses. Es decir, los 8 meses restantes son de burla apasionada y puntillosa, que los no involucrados miramos con cierto fastidio.

Pero eso es anécdota este año. Un recuerdo. Un amasijo de burlas que este año se queda en el congelador porque ambos equipos quedaron eliminados en la ronda regular. Es como si, salvando las distancias geográficas y de nivel, el Real Madrid y el Barcelona no avanzaran en la liga española.

Adicionalmente, este año a muchos analistas y a unos cuantos políticos les he escuchado decir algo como esto: "los venezolanos nos queremos, somos amigos... la única rivalidad aceptable es la de caraquistas y magallaneros... dónde están los caraquistaaas? dónde están los magallaneeerosss?... esa es la única rivalidad, de resto somos amor puro".

Todo esto, inscrito en esa cursilería gelatinosa que insiste en la "reconciliación" del país después del triunfo del NO en el referendum por la reforma constitucional. Algo así como que "no vale, aquí no ha pasado nada brother, vamos a olvidarnos de todo lo malo y comencemos de cero... juntos como hermanos, miembros de una comuna..."... Y después vienen las loas a los hermanos oficialistas, que qué vaina que sean así, pero que no importa, porque eso se cura con un buen baño de olvido y perdón.

Pero la cosa no es tan fácil. Es evidente que esa vaina enmarañada y llena de gringolas ideológicas llamada "oficialismo" no ha asimilado la derrota del Líder Único, tanto en lo nacional como en lo internacional. Y lo han dicho claramente alguno de sus protuberantes dignatarios: ¿qué vaina es esa de reconciliarnos? ¡Aquí no se reconcilia nadie! Porque pareciera que, tal vez, en el pensamiento rojo - rojito eso de reconciliación suena a melcocha mal envuelta -es decir, un pegoste por todos lados-, suena a mariconería, a agarrarse de las manos con Leopoldo López y Martha Colomina cantando el Aleluya. Y revolucionario que se respeta no anda apechugándose con nadie a quien ha maltratado tantas veces. Cosa que, en el fondo, no deja de tener cierta lógica.

Lo raro es que del lado del maltratado se pida una reconciliación incondicional -casi que una rendición-, sin percatarse de que ya se tienen las suficientes fuerzas para decir: NI OLVIDO NI PERDÓN, JUSTICIA.

Pero bueno, se acabó temprano ese argumento que se pretendía sociológico del caraquista vs. magallanero, para entender nuestro estatus de país y nuestras crisis. Lo nuestro no se termina en 9 innings, sino que se juega indefinido. Mientras el gobierno batea con bates de hierro, la oposición lo hace con la mano pelada. Mientras el gobierno pone el campo y los árbitros, la oposición se conforma con decir que sí va a jugar y que sí va a dejar el alma en el terreno.

Por lo pronto, comienza un round robin que promete muchas emociones -me refiero al béisbol local-, con Caribes y Tigres como favoritos. Veamos qué pasa.

Aunque es menos emocionante, es divertido ver el juego desde la tribuna del que ya está eliminado (léase, mis Aguilas del Zulia, malamente eliminadas el último día, uno de los últimos regalitos que me dejó el 2007).

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