Obama, candidato a la presidencia

Hoy se concretó la nominación de Barack Obama a la candidatura presidencial por el Partido Demócrata en Estados Unidos, dentro del complejo mecanismo de elección que tiene varios meses andando.

En una campaña totalmente atípica, Obama, senador por el Estado de Illinois, se enfrentó a Hillary Rodham Clinton, senadora por el Estado de New York. Por primera vez en la historia del partido y del país, un "afroamericano" y una mujer eran los principales favoritos para ganar la nominación demócrata.

En un país que presume ser "de avanzada", resulta extraño que los temas raciales y de género (incluso los religiosos) hayan tenido tanta relevancia y hayan marcado parte del camino de esta campaña electoral. Hace unos cuantos meses, quizás demasiados, pensando en términos electorales, el Partido Republicano escogió a su candidato: el también Senador por Arizona, John McCain.

Siendo muy superficial en el análisis, hay tres cosas que me llaman la atención en lo que va de campaña:

  • Lo primero, lo que ya comenté de la relevancia inusitada de los temas raciales, de género y religiosos.
  • Lo segundo, la fuerza que tuvo Barack Obama en los jóvenes del país, tradicionalmente negados a los temas partidistas.
  • Lo tercero, la polarización generacional entre los candidatos presidenciales: John McCain cumplirá 72 años el próximo 29 de agosto (veterano de la Guerra de Vietnam); mientras que Barack Obama cumplirá "apenas" 47 años el próximo 4 de agosto. Veinticinco años de diferencia no es ninguna tontería. De hecho, Bill Clinton, ex-presidente (1992-2000), cumplirá 62 años el próximo 19 de agosto... por lo visto, agosto es mes clave para ese país.
Como (otro) dato curioso, ambos candidatos nacieron en territorio estadounidense, pero fuera del bloque continental de América del Norte: Obama nació en Honolulú (Hawaii); McCain nació en Coco-Solo, base militar de Estados Unidos en el Canal de Panamá (obviamente, cuando el Canal pertenecía a Estados Unidos).

Lo hecho por Obama es importante, no sólo por el tema racial. Yo diría que es trascendente por el tema generacional. Obama logró motivar a muchos jóvenes a votar. Desde el principio de su precampaña, se apropió de las nuevas tecnologías de comunicación (internet, a través de YouTube por ejemplo), para llegar al único grupo etario que podía hacer una diferencia en las elecciones, y les ofreció una esperanza de cambio.

Seamos sinceros: un(a) joven que hoy cumpla 20 años, ha pasado 12 años de su vida "gobernado" por miembros de la familia Bush (4 años por George Bush padre y 8 años por George W. Bush); y el resto de su vida estuvo bajo un gobierno de un Clinton (Bill, de 1992 al 2000).

Tal vez sea demasiado superficial esa cuenta, pero ¿no es como para pensar que el efecto hastío se haya apoderado de los jóvenes? ¿Votar por cuatro u ocho años de otra Clinton? ¿O votar en noviembre por un "viejo" del cual probablemente se sientan desconectados?

La respuesta la vió claramente Barack Obama y su comando de campaña.

A todas estas, Chelsea Clinton, la hija del matrimonio Hillary & Bill, ya cuenta con 27 años... y la recordamos de la mano de su padre cuando apenas tenía 12 años. Es extraño que Chelsea no haya tenido un protagonismo mayor, entendiendo la importancia del voto joven puesta de manifiesto en la campaña de Obama.

Falta saber si esta estrategia alcanzará para la verdadera contienda electoral por la presidencia. Pensando en la presidencia, tal vez los estadounidenses sean más conservadores (o menos aventurados) y no se arriesguen a cambiar la manera en que se ha conducido el país durante el siglo XXI... o tal vez se decidan de una vez a hacerlo.

Todo depende de las nuevas estrategias y de las promesas de cambio que traiga cada candidato, no sólo para Estados Unidos, sino también para el mundo. Lo único cierto es que Estados Unidos se enrumba a un cambio de signo, sea cual sea el próximo presidente.

0 Comentarios para la Caja: