Hoy hemos vivido un capítulo más de la tragedia política que azota al país. Sin dudas, el informe emitido por Interpol (a propósito de la posible alteración de las computadoras incautadas a los terroristas de las FARC), es una bomba de alto calibre y de mecha lenta.
No hay que ser muy inteligente (o muy estúpido, en este caso da igual) para darse cuenta que hoy se dió un paso más en la tenaza que poco a poco aprisiona al presidente Chávez y a todos los delincuentes que trabajan en el gobierno.
Ya no hay forma de hacerse los locos. No hay forma de que los gobiernos de otros países, así como organismos supranacionales tipo OEA, se sigan haciendo los locos, extendiendo la mano para recibir dólares y mirar para otro lado. No hay manera de que la sociedad civil venezolana, los partidos políticos de oposición; en fin, los diversos sectores e instituciones del país, no fijen una posición clara y contundente frente a la delincuencia organizada que nos gobierna.
Pobre Venezuela. No se merece el daño que le está haciendo la revolución... pero tampoco se merece este "voltear pa´otro lado" que desde hace rato venimos infringiéndole.
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