La última semana ha traído dos noticias buenas (especialmente para la estima colectiva).
Las noticias buenas:
El Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2008 al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV)...
... fundadas por el maestro D. José Antonio Abreu, por haber combinado, en un mismo proyecto, la máxima calidad artística y una profunda convicción ética aplicada a la mejora de la realidad social.
En colaboración con primeras figuras de alcance universal, el sistema creado por el maestro Abreu ha formado a directores e intérpretes del más alto nivel, a partir de una confianza audaz en el valor educativo de la música para la dignidad del ser humano.
Vizquel, de 41 años, está jugando su temporada número 20 en el béisbol de grandes ligas, ha jugado con los Marineros de Seattle; Indios de Cleveland y los Gigantes de San Francisco. Ha participado en 3 Juegos de Estrellas; alcanzado 11 Guantes de Oro (9 de forma consecutiva), más de 1600 dobleplays y otros números importantes.
Para mí, Vizquel es un seguro miembro del Salón de la Fama. Su maestría en el terreno, su constancia, liderazgo y sencillez han hecho de él una referencia para los amantes del béisbol.
Ambas noticias son, sin dudas, de las mejores que hemos escuchado últimamente de nuestro país.
Mientras algunos quieren hacer cambiar el mundo a gritos, otros lo cambian con el silencio que da la constancia, la pasión y el foco en el objetivo.
Tanto el Maestro Abreu (creador del Sistema de Orquestas) como Omar Vizquel, son ejemplos claros de cómo impactar en las comunidades, en los niños, en las familias predicando con el ejemplo y poniendo sus talentos al alcance de todos.
¡Bravo! Una ovación de pie merecen ambos venezolanos.
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