Bolivia y la "autonomía" de Santa Cruz

Bolivia se encuentra, una vez más, bordeando una crisis social y política que puede terminar de desbaratar la República tal y como la conocemos.


Pasado mañana, domingo 4 de mayo, se realizará en el departamento de Santa Cruz (el segundo más grande de los nueve que componen el país) un referendum convocado para decidir la autonomía de todo el departamento.

Santa Cruz ha sido históricamente una región confrontada con la región del altiplano boliviano, donde se concentra la mayor parte de la población indígena del país y donde se encuentra la capital política (La Paz). Es decir, desde mucho antes de la llegada al poder de Evo Morales y su combo izquierdo-indigenista, ya Santa Cruz había mostrado su carácter autonómico y confrontacional.

Bolivia, un país surcado por la pobreza; profundas divisiones sociales; racismo (de doble vía); regionalismo radical y una profunda ideologización de izquierda desde el gobierno. Por si fuera poco, Bolivia arrastra una terrible historia de mutilaciones territoriales, producto del afán expansionista de algunos países vecinos y de la mediocridad de algunos dirigentes nacionales. Mutilaciones que son no sólo territoriales sino también psíquicas. Para rematar, el país se encuentra en medio de un proceso constituyente que, al mejor estilo venezolano, ha pretendido imponerle al país una eternización en el poder de la izquierda indigenista.

Santa Cruz es, por así decirlo, la capital económica del país. Una región próspera, comparada con el altiplano, donde conviven alrededor de 2,5 millones de habitantes. Casi el 30% de todos los bolivianos. El departamento de Santa Cruz es el más grande del país, con una extensión territorial de 370.621 km² (33,74% del territorio nacional). En términos comparativos, cerca del 30% del territorio venezolano.

Es la región más industrializada y principal centro de consumo nacional; dispone de la renta per cápita más alta del país, con una elevada tasa de crecimiento anual, representada principalmente por la producción agropecuaria y forestal, es además la zona más importante de producción hidrocarburífera.
Al contrario de lo que pudiese pensarse, Santa Cruz es una heterogeneidad de razas, nacionalidades y acentos. Allí, se ha consolidado un modo de ser cruceño o "camba" (que en guaraní quiere decir "negro") que marca una tremenda diferencia con el resto del país.

La famosa autonomía que se va a decidir tiene como punto central... amplios poderes que lo asemejarían a un país independiente, aunque sin establecer fronteras propias. Podría tener su propia policía y sus tribunales, crear impuestos y, por sobre todo, administrar sus tierras sin tener que cumplir con la reforma agraria que lleva adelante Morales y que podría implicar a los latifundistas cruceños la pérdida de decenas de miles de hectáreas.

Es decir, el logro de la descentralización, tal y como la conocemos en Venezuela a partir de 1989. Por supuesto, esta situación es una grave amenaza para un gobierno absolutamente centralista, que pretende confiscar en su puño todas las decisiones del país. Para almas inseguras, como toda alma corroída por el veneno totalitario, decir descentralización es como echarle agua bendita a un poseído.

A todas estas, una de las variables que han atizado el conflicto a niveles casi insalvables es la omnipresencia de Venezuela en toda esta situación. Más específicamente, la mano larga y llena de dólares del gobierno venezolano (que no de toda Venezuela, valga la aclaratoria). La visión retrógrada y reduccionista de la ideología bolivarista ve en todo esto la mano del imperio, que actúa a través de sus secuaces - lacayos - oligarcas - blancos - terratenientes - colonizadores.
La idea es tumbar a Evo, con lo cual se truncaría el proceso de cambios continental y se forzaría un golpe contra Chávez... porque sí, porque cada cosa que ocurre en el planeta, contraria a los designios del comandante, tiene como fin último el golpe y el magnicidio.

El chavismo le complicó la vida al gobierno de Morales, quien no supo aplicar la receta constituyente ni se imaginó la reacción organizada de la región cruceña ante los embates centralistas del gobierno. Como toda región rica de cualquier país, Santa Cruz reclama mayor participación en su propio destino y en el destino de todo el país. Si en algún momento hemos creído los venezolanos que el Zulia es demasiado regionalista y que quiere "separarse" del país, pues no hemos visto nada.

Para el domingo se temen enfrentamientos armados. Algunos lo azuzan y desean.

Según el periódico Granma, de Cuba:

Todo está previsto para que, este 4 de mayo, las fuerzas de la extrema derecha santacruceña realicen su aberrante decisión de consumar un insconstitucional referendo autonómico y quebrar la unidad nacional de Bolivia, como pretexto para poner fín al proceso liberador que lleva adelante el gobierno de Evo Morales.

Pocos dudan a esta altura de que para conseguirlo, la burguesía agroexportadora atrincherada en el llamado Comité Cívico está dispuesta a emplear el terror —ya lo ha hecho—, e incluso provocar un escenario de violencia en el que puedan ser inculpados el gobierno y las fuerzas que lo siguen.

El prefecto cruceño, Rubén Costas, y el gobierno de los Estados Unidos que lo ha estado apoyando bajo cuerdas, sabe que la comunidad internacional rechaza tales intentos separatistas, convencida de que no se lograría sin una guerra fratricida.

Algunos quieren escindir a Bolivia. Unos piensan que la república no es viable como existe hoy. El gobierno boliviano -y hasta el venezolano- ha anunciado que no va a reconocer los resultados del referendum (en el entendido claro de que van a perder).

Según Reuters:

Sin embargo, analistas creen que el referendo no busca escindir a Bolivia, sino fortalecer a los cruceños de cara a un diálogo con Morales, especialmente para renegociar una reforma a la Constitución que fue aprobada en una Asamblea Constituyente dominada por el oficialismo, pero que fue objetada por la oposición.
Según Terra:

El clima que existe en áreas rurales, principalmente en las comarcas de San Julián y Cuatro Cañadas, dos bolsones electorales leales al presidente boliviano, puede presagiar algunos desórdenes para el fin de semana.

'Estamos organizando bloqueos (de rutas) porque no vamos a permitir el referendo', afirmó el dirigente aborigen Paulino Parapaino a la prensa local argumentando que la redacción de los estatutos autonómicos no fue consultada con los indios de la región.

La Confederación de Colonizadores de Bolivia, un sindicato que agrupa a campesinos de escasos recursos, atizó el fuego al amenazar con no permitir la consulta en Santa Cruz.'Nos declaramos en emergencia y no permitiremos el referendo. Cualquier enfrentamiento que se genere será por culpa del presidente de la Corte Electoral y del prefecto Rubén Costas', afirmó el dirigente del sector Fidel Zurco.

Santa Cruz lidera un movimiento autonomista que también ha cuajado en los departamentos de Beni, Pando y Tarija, que planean realizar sus propios referendos autonomistas en los próximos 50 días.

Este desafío a Morales -que por su lado impulsa un proyecto de Constitución que es rechazado por la oposición- ha generado un complejo problema en Bolivia, lo que ha llevado a la Iglesia, a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a países amigos a buscar un diálogo pacificador

A todas estas, ¿qué demonios está haciendo la OEA? Insulza debería revisar su rol en la región, especialmente si pretende ser candidato presidencial en Chile. A nadie le gustan los peleles y no creo que Chile sea la excepción.

Por lo pronto, deseo con todas mis fuerzas que la violencia no se entronice en el alma boliviana y que la autonomía de Santa Cruz no se escriba con la sangre de los cambas ni de los collas.

Bolivia merece crecer en paz y ser un ejemplo para toda la región.

¡No más violencia en nuestra América Latina!

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