Medio Evo

El resultado del referendum del pasado domingo en el departamento de Santa Cruz (Bolivia), abre un nuevo ciclo dentro de la perenne conflictividad que azota al país andino.

Finalmente, los cruceños se salieron con la suya y aprobaron el "Estatuto Autonómico" que le da a Santa Cruz la posibilidad de elegir su propia autoridad (gobernador), manejar sus sistemas de seguridad social y salud, entre otras importantes atribuciones. Nada distinto a lo que hemos tenido en Venezuela desde 1989. En realidad, Santa Cruz ha aprobado el viejo anhelo descentralizador que ha acompañado el desarrollo de las repúblicas modernas. Con ésto, se iniciará una seguidilla de consultas similares en otras regiones del país, y desde ya el gobierno de Evo Morales puede darse por derrotado.

Lo de Santa Cruz es un hecho simbólico. Es la primera gran derrota (evidente y visible) del gobierno de Evo Morales. Aunque en verdad la primera gran derrota fue en la gelatinosa Asamblea Nacional Constituyente, en la que el partido de gobierno tuvo que sesionar en un cuartel en la capital (Sucre, departamento de Chuquisaca). Mientras el pueblo era reprimido en las calles, en el cuartel se aprobaba la Constitución.

Pero la derrota del gobierno boliviano tiene otra arista: la negación de la realidad de parte del presidente Morales. El discurso del domingo en la noche fue verdaderamente vergonzoso en boca de un "estadista". No se puede negar la realidad de esa manera sin sufrir las consecuencias. Que recuerde Evo Morales que el mismo mal arrasó con el precario segundo mandato de Gonzalo Sánchez de Losada en el 2004. Pretender ignorar las decisiones tomadas en la "media luna" (conjunto de departamentos alineados en el discurso descentralizador - federal) es desconocer a más de la mitad del país. Y no creo que a Evo Morales le sirva gobernar un país con múltiples fracturas (sociales, raciales, regionales).

Por lo pronto, no hubo guerra civil, como vaticinaban algunos, temían otros y querían unos menos. No hay declaración de secesión de parte de las autoridades cruceñas. Una secesión imposible sin el apoyo de Brasil o Argentina, ambos países amiguísimos de la epopeya chavista que arropa a Bolivia también. A veces me da por pensar que Brasil; Chile y Argentina han dejado hacer e incluso apoyado en ocasiones el delirio mesiánico y expansionista del chavismo, en el entendido de que no durará demasiado y sacará del juego por muchos años a varios países de la región de un solo plumazo. Es perverso, pero así se juega en el tablero mundial.

Ojalá que todos los bolivianos puedan, tarde o temprano, reconocerse en su pluralidad y respetarse en sus diferencias. Nada fácil para un país que algunos piensan inviable históricamente. Pero yo creo (tal vez ingenuamente) que Bolivia terminará, con el tiempo, dándonos una lección a todos los países de la región.

Por lo pronto, nuestros caricaturistas plasmaron el resultado del referendum del domingo y la influencia venezolana en el desastre del gobierno "evista".



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