Desplome mundial (lunes negro)


El Dow Jones se ha hundido y ha registrado la mayor caída en puntos de su historia tras el rechazo de la Cámara de Representates al del plan de rescate financiero y ha cerrado la sesión con una pérdida de 777.68 puntos y una bajada del 6,98%.

(El País, España)
En América latina el efecto fue inmediato. La Bolsa de Sao Paulo cayó 9,36% lo que obligó a la implementación de una pausa bursátil o "circuit breaker" en la segunda mitad de la jornada, un mecanismo que se activa en el mercado paulista cuando hay una excesiva volatilidad de los mercados.

Pese a la acción el índice Ibovespa llegó a caer más del 13%.

En una frase el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, resumió la situación: "Estamos tranquilos, pero sabemos que la crisis es grave". Por otro lado, la Bolsa Mexicana de Valores registró su peor caída del año con un descenso del 6,40%.


En Chile fue el desplome más pronunciado en 10 años. La Bolsa de Comercio de Santiago se precipitó 5,49% a consecuencia de la incertidumbre mundial en los mercados de valores.

En Buenos Aires, otro de los mercados representativos del área, el índice Merval cayó 8,68%, destacando el hecho de que sólo tres acciones cerraron en alza frente a 63 caídas.


(BBC Mundo)



La incertidumbre económica también se coló en el precio del petróleo: la cotización del crudo WTI cayó hoy más de 10% y cerró a US$ 96,37, luego de que el Congreso de EE.UU. rechazase el polémico plan de salvataje financiero que propuesto por el presidente George W. Bush.

(El Clarín, Argentina)

Las noticias acerca del histórico derrumbe financiero en Estados Unidos recorrieron el mundo. Sus efectos se sintieron en la mayoría de las bolsas, algunas con caídas también históricas.

Mientras algunos insensatos celebran el derrumbe del coloso financiero estadounidense, la América Latina en pleno sentirá las consecuencias y sólo las economías más estructuralmente sólidas aguantarán el temblor. Tal vez Brasil; tal vez Chile puedan aguantar esta sacudida.

En Venezuela, país histórica y desesperadamente dependiente del petróleo y del mercado estadounidense, financieramente inestable, con la corrupción más galopante del continente, sufriremos como nadie las consecuencias.

Nadie en su sano juicio puede creer que no tengamos ningún vínculo con la economía estadounidense, pues por mucho que el gobierno se haya empeñado en machacar sus diferencias ideológicas con ese país, nada se ha hecho para desvincularnos del cómodo financiamiento que ha significado la administración Bush a la revolución bolivariana.

Habrá que estar atentos a los próximos acontecimientos. Lo cierto es que la campaña electoral de Estados Unidos toma un giro impresionante, por la carga de responsabilidades que significará afrontar la megacrisis de ese país y el descontento progresivo del mundo. Sólo un estadista podrá enfrentar lo que viene, y habría que ver si Obama o McCain calzan los puntos.

Pero mientras el mundo sigue dando vueltas en medio de la crisis, aquí en Venezuela la insensatez sigue pisando duro: el SENIAT ha determinado cerrar por 48 horas a Pepsi. Desconozco el alcance de la medida, lo cierto es que se intenta una vez más generar zozobra entre los venezolanos, sean empresarios o no. Una vez más, el gobierno utiliza al SENIAT como brazo ejecutor de medidas represivas contra la empresa privada.

Así estamos.

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