Represión en el Hipódromo

Puede sonar a chiste el título, pero no lo es. Quienes leyeron hoy los principales periódicos del país se encontraron con una noticia sorprendente en medio de la maraña de eventos que hora tras hora sacuden al país. No es descabellado decir que esa noticia es un síntoma -uno muy malo, de paso- de la gravedad de nuestra situación. Ocurrió en nuestro histórico Hipódromo La Rinconada.


El día sábado, los jinetes que trabajan en el hipódromo, decidieron suspender las actividades en protesta por la colocación de tarimas destinadas a los conciertos que se celebrarán los próximos días (Soda Stereo y Maná). El día domingo, ayer, al no poder solucionarse la situación de la tarima y después de intentar "negociar" con el grupo de jinetes que se negaban a montar, el presidente del Instituto Nacional de Hipódromos (Teniente Luis Chacón Roa) se hizo acompañar de 22 efectivos armados de la Guardia Nacional para "disuadir" a los jinetes rebeldes.

Como no logró disuadirlos, los guardias nacionales procedieron a reprimir a los jinetes. Valga recordar que los jinetes suelen ser personas de mediana estatura (no más de 1,6 metros) y de contextura más bien delgada (máximo 50 kgs.). La GN ha demostrado innumerables veces su brutalidad y cobardía golpeando mujeres, jóvenes estudiantes, ancianos y ahora jinetes. Pero mejor es leer el relato del periódico Meridiano:

"... A todas estas el público pedía a gritos que desalojaran a los protestantes y que se hicieran las carreras, de igual manera algunos entrenadores, al margen, querían que el conflicto cesara y que se diera la partida. Lo que la afición no esperaba fue que el desalojo fuera de forma tan violenta, la Guardia Nacional atropelló como a perros a los protestantes, mientras que un disparo al aire desencadenó una seguidilla de detonaciones, mientras a Rigo Sarmiento le sacaban el aire con un culatazo en la costilla; Jean Carlos Rodríguez recibía uno en la nuca y el aprendiz Edwin Campos era sometido a patadas por 2 Guardias.

Al ver la bajeza de los efectivos castrenses, los jinetes que no protestaban y que estaban dispuestos a montar, se unieron a sus compañeros y comenzaron a quejarse contra el atropello. Richard Bracho, todavía vestido para correr con casco y foete en mano corrió al sitio de la trifulca e indignado trataba de defender a sus colegas pero los Guardias, aprovechándose de sus armas y de su superioridad física lo llevaron a rastras hasta la entrada del paddock cubierto, al igual que a todos los que protestaban.

Al tiempo, Ángel Godoy era llevado por la fuerza entre 4 uniformados para un convoy y los disparos seguían mientras que el olor a pólvora invadía el ambiente y los caballos -que estaban detrás del aparato- estaban inquietos, descontrolados y confundidos por la detonaciones, unos lanzando patadas al aire y otros se encabritaban, por lo que los caballerizos, defendiendo a los "nobles brutos", trataron de alejarlos de inmediato.

Hubo calma por unos 2 minutos, pero no definitiva, los aficionados eufóricos ahora gritaban "sucios, sucios" a los Guardias que se habían dividido en 2 grupos, unos apostados en la baranda externa frente a la raya y otros continuaban en represión a los jinetes. Santiago González -impotente- decía que él ya no montaría; Edgar Pérez mostraba preocupación por sus colegas y Richard Bracho lograba soltarse de los guardias armados para regresar al paddock descubierto. Allí se quitó las sedas que tenía puestas para correr, las tiró al piso y comenzó a protestar con el resto de jinetes. Bracho estaba dispuesto a montar, pero cambió de parecer cuando se puso en evidencia el atropello de los Guardias a jinetes que protestaban pacíficamente..."



Las fotos son tomadas del site de El Nacional y de Meridiano.

De verdad, esto es lamentable. Tanto como la represión que ha sufrido parte importante de la población venezolana. Hago esta breve reseña porque es una muestra de lo bajo que hemos caído, cuando a los artífices de un espectáculo público se les trata de esa manera. Pero no podía ser diferente. Aquí se acabaron las negociaciones, o se hacen las cosas por las buenas, como le gusta a los militares que nos gobiernan, o se hacen por las malas. Así de simple. Por eso, esta situación es insoportable desde cualquier punto de vista.

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