27 - N

Escrito hace 4 años:

27 de Noviembre
Ayer y Hoy

I

27 de Noviembre de 1992

Muy temprano en la mañana, desde mi casa, empecé a oír los cacerolazos de quienes aupaban la salida golpista en aquel entonces. Radio Rumbos, por excelencia la emisora con la que se despertaba mi casa, ese día solo emitía alarmantes extras noticiosos. En uno de ellos, se advertía que el Teniente Coronel Hugo Chávez estaba en ese momento en el canal 8, en lo que resultó un video sin fin grabado en su residencia de Yare, aupando la salida golpista y añadiendo a su famoso “Por Ahora” algunas palabras más: “Por Ahora y para siempre”.

Pronto llegaron los aviones de guerra, y dábamos cuenta de los bombardeos a los que fueron sometidas algunas zonas de Caracas. Con razón, el titular de El Nacional del día siguiente: “Batalla Aérea sobre Caracas”. Los reportes de los bombardeos en El Helicoide, sede de la DISIP, el Aeropuerto de La Carlota, así como de la sede de la Policía Municipal de Sucre, nos hicieron entender que ésta vez iba en serio, y que no iban a dejar pasar la oportunidad de tomar el poder por la única forma que sabían: la violenta.

Varias escenas de ese día y del siguiente tengo grabadas en mi memoria: la estruendosa explosión generada por el bombardeo del Coliseo de La Urbina, que causó el estremecimiento del edificio en donde vivía, el estallido de muchos vidrios y decenas de personas corriendo por las calles. También recuerdo – ¿quién no? - el avión que en horas de la tarde, cuando ya creíamos todo aplacado, rompió la barrera del sonido, haciendo temblar las paredes (como decía aquella canción). Otra escena imborrable es la de una pequeña manifestación cerca de mi casa, arrasada con ráfagas de ametralladoras, por efectivos de la Policía Metropolitana – ¿vendrán desde allí los odios?-. Inolvidables las acrobacias de los F-16 sobre La Carlota, del cielo en picada certera caían sobre la pista del aeropuerto, para después elevarse y desaparecer ante nuestros ojos atónitos.

Otros recuerdos: el helicóptero del Comando CETA de la PM - de donde insurgió el hoy Alcalde Bernal-, que supuestamente sobrevoló el espacio aéreo del Palacio de Miraflores y huyó sin ser atrapado; la toma de azoteas de edificios de la Avenida Baralt por francotiradores aliados a los golpistas; la toma sangrienta del Canal 8 en Los Ruices por parte del Capitán Jesse Chacón –el mismo que hoy da clases de libertad de expresión desde Conatel; el gordo de la camisa rosada instigando a los habitantes del 23 de Enero, Lomas de Urdaneta, Catia y demás a sublevarse e irse a las calles; la huída graciosa al Perú de Fujimori de los jefes golpistas, encabezados por Visconti Osorio y Grúber Odremán.

En fin, ¿no es como demasiado? Estos señores, ayer asesinos, seres sin escrúpulos capaces de matar en nombre de unas ideas que luego empaquetarían bajo la etiqueta de “revolución”, son los mismos que hoy nos gobiernan… y, al igual que once años atrás, tienen un marcado déficit de escrúpulos, que no dudarían en sacar a relucir si fuese necesario.

II

27 de Noviembre de 2003

Hoy, los mismos que nos impusieron su agenda violenta once años atrás, intentan desesperadamente que la mayoría nos apeguemos como nunca a las leyes y procedimientos. Está bien, es lo que hay que hacer. Es lo que nos han obligado a hacer hasta llegar a este paso más en el camino del Revocatorio.

Pero ese apego excesivo a las normas y leyes que exigen a los demás – menos a ellos mismos, claro está -, no es más que otra forma de imponer la violencia, aunque sea simbólicamente. Pero cayeron en su propia trampa, porque a partir de mañana verá el mundo cuál es el verdadero signo de Venezuela, cuál es la verdadera cara que los venezolanos queremos mostrar al mundo.

No es la agenda violenta y marcada con sangre; es la agenda constructiva marcada por el desarrollo y bienestar. Más allá de la cantidad de firmas que mañana se recojan, debe quedar claro el verdadero espíritu venezolano: el de la concordia, la paz, los brazos abiertos.

III

No más sangre secándose en las plazas y calles. No más balas asesinas disparadas tras la capucha revolucionaria. No más gases lacrimógenos en nuestros pulmones. No más muertes. No más paja en cadena nacional. No más insultos. No más exclusión. No más odio vertido sin sentido. No más Puentes Llagunos. No más pistoleros- delincuentes convertidos en héroes. No más francotiradores bailando sobre nuestras cabezas. No más círculos ni cuadrados ni redondos. No más patrañas mediáticas para acabar con los medios. No más “oligarcas temblad”. No más amenazas innecesarias. No más boinas rojo sangre. No más puños chocando contra las palmas de las manos. No más impunidad. No más Alós. No más insultos a nuestros países hermanos. No más amapuches con Fidel y Saddam. No más estupidez trocada en soberanía. No más ignorancia disfrazada de Ministro. No más vergüenzas con el Fiscal, Contralor y Defensor del Pueblo – los tres cochinitos -. No más odios ancestrales ni reconcomios guardados por décadas de ostracismos y equivocaciones. No más.

Como nunca, esta en nuestras manos acabar con todo esto. Hagámoslo. Esa será la verdadera Revolución Pacífica que algunos soñaron pero jamás alcanzaron.

Por favor, firmen los que puedan hacerlo. De verdad, no más.


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Es una verguenza que no hayamos avanzado mucho en estos últimos 4 años. Más bien, todo se ha degenerado más. Y, con respecto al 27-N, como le escuché a un ex-presidente boliviano:

"Ni olvido ni perdón, justicia"


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