Espaguetada Semanal

I

Cuando el periodista Rafael Poleo se refiere a la combinación de ideas y tonterías que suelen asaltar a nuestro Presidente, se refiere a su "espaguetada ideológica", suerte de mezcla confusa de cosas que se le van echando a una olla para su cocción.

No es de extrañar que nuestro fluir como país se haya convertido también en una espaguetada, en la que confluyen diariamente distintos ingredientes hasta hacerla incomible, nauseabunda. Esta espaguetada tiene su función: confundir, confundir y confundir. Y tras la confusión, la falta de acción.

Esta semana, la espaguetada tiene como protagonistas a Francisco Ameliach; Luis Tascón; Iris Varela; Roberto Hernández; Cilia Flores; Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Por razones obvias, no nombro al "Líder Único e Indiscutible de la Revolución"; él está en todo, omnipresente pues.

El Sr. Ameliach tuvo la malsana ocurrencia de pensar un poquito y coordinar esfuerzos para que otros pensaran un poquito también. Delito de pensamiento. Delito contra la humanidad del Presidente. El Líder, el Único, le dió una patada histórica en medio de una alocución en El Poliedro, acusándolo en vivo y directo de hablador de pistoladas (¿no sería pensador de pistoladas más bien?). Fue pasado al tribunal disciplinario del partido y allí fue descabezado.

Luego, para seguir con la cómica, los señores Tascón y Varela, salieron como paladines justicieros a defender a Ameliach, otrora perro fiel de Chávez (con el perdón de los perros, a quienes reitero mi afecto). Y, por supuesto, la espontaneidad revolucionaria les salió cara: fueron desmentidos por Misia Cilia y por el mismo Ameliach, quien seguramente fue obligado a declarar que él es culpable de pensamiento absurdo y que reitera su fidelidad y entrega incondicional al Líder de líderes.


Se supone que el Capitán Ameliach (que después de esas declaraciones debería ser bajado de rango), había escrito una carta y logrado la firma de apoyo de casi todos los diputados de la Asamblea, que como todos sabemos, más roja no puede ser. Al respecto, el Sr. Roberto Hernández, segundo vicepresidente de la Asamblea, soltó un esperpento que es digno de análisis y de preocupación: "si Chávez dice que no hay carta, es que no hay carta".

Esa suerte de pirueta declarativa puso de manifiesto algo escandaloso: no importa la realidad, lo importante es lo que diga el Líder. Así es que se entienden cosas como que el tema de la inseguridad no es importante porque no está en boca del Presidente, ni el de los presos, ni el de las personas sin vivienda que semanalmente protestan ante Ministerios y ante La Casona.

No puedo explicar la sensación de indignación que me recorre cada vez que escucho y leo este tipo de declaraciones. Poco a poco, los revolucionarios han entendido que no alcanza con entregarle al Comandante la vida, la personalidad, la capacidad de pensamiento... ¡no, el Comandante es insaciable y quiere cada vez más! Más poder, más entrega, más humillación. Esa, sin duda, será la perdición del Líder, quien parece no entender el amasijo de reconcomios que está incubando al interior de la revolución.

Diosdado, Cilia, Nicolás... pues les toca gritar duro ahorita su lealtad y el desprecio al equivocado camarada, quien seguramente sufrió un episodio de "oposicionitis golpista", de cara al referendum aprobatorio de la reforma constitucional.

La vergonzosa declaración de Ameliach pone a pensar a muchos en las purgas que realizó Stalin en la URSS de principios de siglo XX. A mí me recordó a la película 1984 (George Orwell), en la que el protagonista al final de la película es vencido por la maquinaria aplastante del totalitarismo, que para ser redimido lo obliga a confesar sus culpas.

Un extracto de una reflexión acerca de esa obra, realmente produce escalofríos:

"Pero Winston tiene dudas. Un incidente aislado, ocurrido años antes, le hace sospechar que el Partido manipula la realidad hasta extremos inauditos. Por error, cayó en sus manos un documento que demostraba que tres disidentes políticos caídos en desgracia (Jones, Aaronson y Rutherford), a quienes él mismo había visto en una ocasión, habían sido considerados héroes del Partido para, a continuación, desaparecer de cualquier fuente documental como si nunca hubiesen existido. El trabajo de Winston consiste precisamente en eso: en alterar la prensa de tal manera que las noticias que incomodan al Partido sean sustituidas por otras que se adecuen a la verdad oficial. Al desaparecer de la prensa y de cualquier otro medio de comunicación, se puede decir que estas noticias nunca han existido. De manera análoga, las personas caídas en desgracia a los ojos del Partido dejan de existir a los ojos del mundo. Más aún: nunca han existido. Son nopersonas. Oceanía puede estar en guerra con Asia Oriental, más aún: Oceanía siempre ha estado en guerra con Asia Oriental; pero si el Partido dice que Oceanía está en guerra con Eurasia, habrá que creer al Partido: Oceanía está en guerra con Eurasia; más aún, Oceanía siempre ha estado en guerra con Eurasia. La facultad de cambiar de idea al compás de las consignas del Partido se conoce como doblepensar. Un objeto blanco puede ser negro si el Partido dice que es negro, y la tarea del buen miembro del Partido (y, por ende, del buen doblepensador) estriba en adquirir la habilidad mental necesaria para convencerse a sí mismo de cuándo un objeto blanco es negro. La capacidad del doblepensar de generar paradojas se manifiesta en la nomenclatura de los órganos gubernamentales: el Ministerio de la Verdad se encarga de manipular la mente de los ciudadanos; el Ministerio de la Abundancia gestiona los cada vez más escasos recursos alimenticios y de materias primas; el Ministerio de la Paz es el que moviliza tropas; y el Ministerio del Amor es el encargado de ejercer la coerción física y mental sobre la población".

Extraido de http://www.bibliopolis.org/articulo/1984.htm

II


La Reforma, de paso, que trae de cabeza a todas las cabezas visibles de la oposición y a aquellos personajes tipo Ismael García que-no-es-de-oposición-pero-apoya-la-revolución-pero-también-piensa-un-poquito (es decir, nadie entiende esa posición). Mientras del lado de la sociedad civil organizada y del lado de los movimientos políticos no se ataquen los problemas de fondo, el dilema votar o no votar es falso, una trampa más en la que nos ha metido el Gobierno.

Es falso hablar de votar o no, mientras el registro electoral, las máquinas automáticas, las captahuellas, el sistema de transmisión de información del centro electoral al CNE, los vicios en la cedulación, nada de eso se ha tocado desde diciembre. Se que me estoy saltando muchos otros problemas, pero ese es de fondo, de largo aliento, y no hay nadie que lo ponga sobre la mesa.

Repito, el dilema no es votar o abstenerse. Ni siquiera, votar en bloque o votar artículo por artículo. No. Es más grave y más profundo, pero nadie mete el dedo en esa llaga.

Septiembre, octubre y noviembre son por tradición "meses calientes" cuando el ambiente político está cargado. No me extrañaría que el Gobierno esté preparando el aparato represivo acumulado hasta entonces, reservistas incluidos, para disuadir a quien ose calentar la calle. El Movimiento Estudiantil debe cuidar sus espaldas, pues seguramente estos meses de paréntesis también sirvieron para que los organismos policíacos y judiciales armen sus expedientes y sus estrategias de ataque.

III


Mientras todo esto ocurre en Venezuela y pareciera que el Presidente de nuevo toca tambores de guerra interna, en Colombia ha emprendido una "labor pacificadora", de estadista, muy difícil de entender y tragar. ¿Qué habrá detrás de todo esto? ¿Por qué Uribe permite el sobredimensionamiento de la imagen de Chávez en su propio país? ¿Por qué Chávez está de mediador en un conflicto en el cual él es parte y todos lo saben? Aparte de la liberación de los rehénes, ¿qué se cocina allá? ¿qué ganan las FARC? ¿qué gana Uribe? ... realmente es una negociación "ganar - ganar"?... Yo lo dudo... en política internacional (ni nacional) hay actos puros ni bondadosos. Ojo, ¡el Golfo de Venezuela es de Venezuela!

IV

La semana transcurrió con la mala noticia de la muerte de Luciano Pavarotti. Poco hay que agregar a toda la información que fluye sobre el gran tenor. Una dolorosa partida, pues de alguna manera como que se cierra una época. Para mi, pensar en Pavarotti es pensar en su interpretación de "O Sole Mio"... un pequeño homenaje para un Gran Tenor. Que descanse en paz.

Budapest, 1991

V

Por último, no puedo dejar de poner este video. En él, desde Perú, se burlan de Chávez, como se burlan en muchos lados. La verdad, es una buena imitación de Chávez y una buena caricaturización de lo que representa. Ocurrió a principios de año en el programa de Jaime Bayly. ¡Es para reír y para llorar!



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