Curiepe, Miranda



Así transcurrieron los hechos ayer.

Curiepe es una población ubicada en el municipio Brión del estado Miranda, a pocos kilómetros de Higuerote y a poco más de una hora de la ciudad de Caracas. Recordemos que el gobernador de Miranda es Henrique Capriles Randonski (oposición) y la alcaldesa de Brión es Liliana González (chavismo).

La alcaldesa "ordenó" a la Guardia Nacional (GN), organismo que uno suponía adscrito al ministerio de defensa o al menos a la presidencia de la república, tomar la sede de la policía de Miranda de Curiepe.

La policía del estado Miranda, como todas las policías regionales, está en la mira del gobierno nacional, pues éste no concibe la idea de organismos descentralizados. Lo diferente es que la orden no vino desde el gobierno central sino desde la alcaldía (por definición, producto de la descentralización).

Curiosamente, los habitantes de Curiepe rechazaron la medida y tomaron las calles como protesta. Tanto así que fueron reprimidos salvajemente por la GN, con quienes mantuvieron una batalla campal durante buena parte del día.

Saldo: seis heridos, que se sepa.

Mientras el presidente Chávez está vociferando contra el imperio y contra el gobierno de Honduras desde Bolivia, con sus amigos del ALBA y la ex-canciller de Honduras, acá ocurren estos desmanes sin que haya ningún ALBA, OEA o lo que sea que alce la voz contra los hechos que ocurren a diario en Venezuela.

Solamente el peso aplastante de una huelga de hambre hecha por un dirigente venezolano (Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas), pudo llamar ligeramente la atención de algunos medios de comunicación internacionales y de la OEA. Si Ledezma no hubiese hecho su huelga en la sede de la OEA en Caracas, seguramente hubiese muerto. Pero tuvieron que pasar cinco días de inanición para que el secretario Insulza se dignara a darle una cita.

Pero así estamos. Peleando con las uñas contra la barbarie instalada en este país. Tantos oídos sordos hacia Venezuela de parte de los vecinos latinoamericanos deben hacernos reflexionar: Colombia, Perú, Chile, Brasil, México (por nombrar los casos más agudos) han preferido callar y voltear para otro lado para no aguantarse más insultos de Chávez y su intromisión en sus políticas internas. Pues de nada les vale eso.

No hay petróleo que valga ignorar el clamor venezolano. Pero, a su tiempo, se sabrá cuáles fueron las verdaderas razones que llevaron a los países "hermanos" a callar ante la barbarie.

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