La buena publicidad

Hay marcas que definitivamente trascienden la barrera de los medios masivos (sí, creo que los medios masivos mal utilizados se convierten en algún momento en una barrera entre la marca y las personas) y se insertan en la vida cotidiana y cobran significados insospechados.

Es el caso de MasterCard, marca que durante años ha mantenido una sóla estrategia de comunicación, a través de un mismo mensaje: Priceless. O como ha sido traducida: "Hay ciertas cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás existe MasterCard".

La consistencia en la estrategia de MasterCard ha obligado a Visa a ser más agresivo y reposicionarse en el negocio de tarjetas de crédito (aunque en realidad, MasterCard y Visa compiten en el negocio de la indulgencia en lo que a compras se refiere).

En otro momento hablaré más de Visa y su nueva campaña (Go!). Por lo pronto, quiero referir una actividad de MasterCard hecha en Londres para el Día de San Valentín.


Un tal John le declara su amor a Hannah Davis y le pide que sea su "Valentine".

Sencillo, impactante, transmite la esencia de la marca, se "aprovecha" de la fecha al hablar de las cosas que hacemos por amor. Cursilón, pero bueno. Tal vez el tono apropiado para el frío londinense.

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