Algunos hablan del hilo constitucional. Yo hablo del pabilo, en la acepción venezolana del término.
El pabilo remite a una realidad más tosca, gruesa, ordinaria, como la realidad política que vivimos. Por eso, prefiero lo del pabilo constitucional, el mismo que está "esmechado" o a puntico de romperse.
Los chavistas, funcionarios y seguidores a sueldo del gobierno, andan como loquitos ejecutando una serie de medidas realmente espeluznantes si las vemos como un todo. El presidente ha dictado (por eso lo de dictador) los lineamientos que provocan las reacciones destempladas y delictivas de sus funcionarios.
La infiltración de delincuentes comunes armados en la Universidad Central de Venezuela ha mantenido a la casa de estudios (la que se supone debería estar venciendo sombras) en una zozobra interminable desde hace una semana: elementos encapuchados, con armas de fuego y bombas lacrimógenas se han paseado impunemente por el campus, ocasionando heridos, destrucción de la infraestructura y la quema de varios vehículos.
A esta hora, viernes, hay delincuentes con armas de fuego dentro de la Ciudad Universitaria.
La marcha convocada por los estudiantes universitarios el pasado miércoles fue un éxito sin precedentes, aún cuando fue agredida en varias oportunidades (alguna de ellas con disparos). La comisión invitada a "debatir" con el ministro de educación superior se retiró al darse cuenta de que había sido objeto de una celada.
Hoy, durante una de las cadenas de radio y TV, fue atacada por militantes chavistas la casa del partido Acción Democrática en Anaco (estado Anzoátegui). La casa fue rodeada y sus ocupantes amenazados de morir quemados. Disparos, piedras, un camión con cadenas para romper la reja que protege la casa... así se comportaron los angelitos rojos.
Hoy también siguió el acoso a las propiedades de Guillermo Zuloaga, presidente de Globovisión. En Valencia tuvieron la desagradable visita de los funcionarios de gobierno.
Mientras, la OEA y la ONU, a través de los relatores para la libertad de expresión y opinión de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, expresaron su preocupación por las declaraciones de funcionarios del gobierno contra Globovisión.
Eso sin mencionar el desconocimiento que hace el gobierno a la propiedad privada consagrada en la Constitución, lo cual configura un delito de graves consecuencias para el país. Sumado a la ola de expropiaciones, confiscaciones, ocupaciones, toma y cuanta figura legal se inventen para nombrar el asalto a los "medios de producción", llámense fábricas, fincas o lo que sea.
Aplicar las obsoletas recetas del comunismo como la apropiación de tierras de parte del Estado, la confiscación de tractores y demás tonterías es no entender de dónde viene realmente el desarrollo de una nación en el siglo XXI. Sería como dar a un enfermo con el virus A-H1N1 los mismos medicamentos que se le dieron a quienes padecieron la gripe española hace un siglo.
El lenguaje visceral, los ataques físicos, la destrucción de bienes, la violencia de las armas, la represión contra los que se oponen, el ataque despiadado a través de los megáfonos chavistas que son los medios de comunicación arrodillados al gobierno, la persecución contra los líderes de la oposición, el acorralamiento a los gobernantes opositores electos... todo configura una situación de "pre-rebelión civil" (militar, ni de vaina).
El chavismo, buscando que la oposición rompa el pabilo constitucional, se ha llevado por los cachos la precaria institucionalidad y ha deshecho lo poquito que quedaba de legalidad.
Estamos en dictadura y el dictador quiere que nos matemos unos a otros. No lo permitamos.
Así estamos.
Ruptura del pabilo
Etiquetas: Crisis, VenezuelaEscrito por Néstor a la/s 9:08 p. m.
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