"... Pónganse a creer en cuentos de camino, burgueses, pitiyanquis. Pónganse a creer en que yo no me atrevo. Se pueden llevar una sorpresita en cualquier momento. Están jugando con fuego, manipulando, incitando al odio todos los días. Eso no va a continuar así...
... Nosotros hemos aguantado bastante (…) No se equivoquen. Están jugando con fuego, manipulando, incitando al odio (…) todos los días. Televisoras, estaciones de radio, prensa escrita. No se equivoquen. Yo sólo les digo y al pueblo venezolano se lo digo que eso no va a continuar así...
... Esas ondas electromagnéticas por las cuales transmiten las emisoras privadas son de propiedad pública y social. No se crean dueños de ellas, nadie lo es. Aquí hay una Constitución, unas leyes, una concesión se le da a alguien una persona para que opere y esa persona o personas responden (...) Nadie puede creerse por encima de las leyes...
... (Ravell) Es un loco con un cañón. Eso se va a acabar. Ese loco con ese cañón se va a acabar o me dejo de llamar Hugo Rafael Chávez Frías. ¡Ya basta!..."
Obviamente, el veneno del día corresponde al presidente Chávez, quien reitera su fijación patológica contra el canal Globovisión.
La amenaza directa de cierre contra el canal Globovisión no debe extrañar a nadie. Es parte de la agenda que tiene el presidente para exterminar las pocas libertades que quedan. Es parte de su campaña de odio -y odiosa- contra quienes piensan diferente y encima se lo dicen. Porque no se crea, señor Chávez, que a su lado tiene puros incondicionales pensadores como usted. Nada de eso. Lo verá y pronto.
¿Qué se busca? ¿Alborotar cuáles avisperos? ¿Los avisperos militares o los de organismos internacionales como la OEA? Porque créame que los avisperos civiles y los avisperos de los partidos políticos -también civiles-, están lamentablemente desarticulados, aunque no exterminados. Entonces... ¿qué se pretende? ¿desviar la mirada de la bomba atómica económica que tiene entre sus manos y que no sabe como desactivar? ¿desviar la mirada de las leyes fascistoides que están en manos de la rastrera Asamblea Nacional?
De verdad, señor, ¿usted cree que puede sobrevivir como presidente mucho tiempo después que se termine de tirar -con el perdón de la expresión- a la constitución vigente?
O está enfermo de poder y odio o definitivamente lo han asesorado muy mal.
Así estamos.
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