Venezuela vivió hoy, una vez más, las intermitencias de un sistema de electricidad desactualizado y al parecer bastante vulnerable. Dos apagones a nivel nacional desnudan la ineficiencia del mantenimiento y la prolongada falta de inversión en el sector.
¿No era el eléctrico un sector estratégico para la seguridad de la Nación? ¿No se estatizó la Electricidad de Caracas porque tan importante empresa no debía estar en manos privadas? ¿Ineficiencia o parte de un plan para demostrar "quién es el que manda aquí"?... No, es simple ineficiencia.
Mientras tanto, el presidente amenaza con expulsar al embajador de Estados Unidos, truena sus solitarios tambores de guerra contra el Imperio y seguramente nos arrastrará a un conflicto épico desde VTV o en cadena nacional o hará algún show como declarar personas non-gratas a ciertos funcionarios; mandar a las tropas civiles de asalto a rodear la embajada de Estados Unidos o hacer más ejercicios asimétricos en las playas previendo invasiones imperalistas.
Pero nada de asumir responsabilidades de una década de ineficiencias. Nada de poner la cara y arremangarse para invertir en el sector. Nada que no sea culpar a terceros por lo que no se ha hecho bien.
Eso, desde el gobierno, es lo verdaderamente importante. Que las calles se colapsen por la falta de semáforos; que el Metro se cierre mientras duran los apagones o que se pierdan millones de bolívares en horas no trabajadas porque todos quieren llegar a sus hogares antes de que caiga la peligrosa noche... nada de eso es más importante que la guerra asimétrica que tiene Chávez en su asimétrica y suicida fantasía.
Cuidado presidente. Así como quien juega con fuego corre el riesgo de quemarse... el que juega con electricidad, bueno... ya se sabe.
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