Hace ya algunos meses comentaba que el periodista Rafael Poleo cuando habla de las ideas del presidente Chávez, las describe como una suerte de "espaguetada ideológica", difícil de desenmarañar.
La espaguetada no sólo está cocinándose en la mente del comandante. La espaguetada se ha multiplicado a diferentes niveles, hasta salpicar a un montón de personajes que se hacen llamar revolucionarios.
El enredo descomunal que tiene el gobierno armado respecto al supuesto intento de golpe de estado y "magnicidio" (palabreja ésta que sirve para darle cierto rango a algunos... como cuando a alguien desconocido se le dice "doctor"). El gobierno está alborotado, mostrando grabaciones, deteniendo personas, interrogando militares, acusando a diestra y siniestra, decomisando armas de grueso calibre, haciendo distintas ruedas de prensa, atacando y justificando el ataque de Globovisión...
Pero por otro lado, el presidente se largó a un extraño viaje por Cuba; China; Rusia. Extraño, porque hace menos de tres meses visitó China y Rusia -Cuba es itinerario frecuente, salvo en época de huracanes-. Extraño, porque el viaje coincide con un evento político mundial como la Asamblea General de la ONU, donde además se están reuniendo los presidentes de UNASUR para hablar de Bolivia (¿no es que estábamos resteados con Bolivia hasta la muerte?). Extraño, porque ocurre justo cuando las cosas se ponen más feas con el juicio del maletín incautado en Buenos Aires. Extraño, porque cualquier presidente, ante una amenaza "inminente" de invasión de potencia extranjera, de golpe de estado de oposiciones apátridas, de magnicidios, cualquier presidente medianamente serio y responsable se quedaría en su país... ¿no hay una crisis que atender?
Pareciera, además, que se están jugando las cartas finales, la de tratar de aprovechar cualquier crisis para arrasar lo que queda de oposición política. Esto del magnicidio y golpe es para tratar de llevarse por los cachos a El Nacional y su editor Miguel Henrique Otero; a Globovisión y su director Alberto Federico Ravell; a Manuel Rosales; a algunos militares retirados; a algunos militares activos; al general trisoleado Baduel; y a cuanto aspirante a algún liderazgo contrario al gobierno haya por ahí.
Falta por involucrar en estos hechos a Leopoldo López; a Yon Goicoechea (y a todo el Movimiento Estudiantil); a la Iglesia Católica; a Ismael García y al partido Podemos; a Uribe; a Santos y a las oligarquías de Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia y Chile.
Cada día han inventado algo más respecto al golpe y magnicidio. Hoy "incautaron" en Caracas un cañón (el segundo) supuestamente de altísima potencia. Cañones que no se compran en el mercado de Coche. Que no se pueden "colear" así como así dos cañones, dos armas de guerra, por cualquier aduana criolla... a menos que haya implicados en el propio gobierno, si es que es cierta toda esa historia.
¿Por qué los Diosdados; Bernales; Aristóbulos gritan su amor y muestran su rastrera fidelidad al comandante a los cuatro vientos? ¿Temor a las salpicaduras de la espaguetada?
Se está jugando a la guerra en el país. Al incendio del país por los cuatro costados. Se está jugando a la guerra fuera del país. ¡Y el país no despierta ni reacciona!
La espaguetada va condimentándose cada día. Esperemos el desenlace de esta nefasta historia que cada día se engalleta más.
Así estamos.
Espaguetada revolucionaria
Escrito por Néstor a la/s 9:20 p. m.
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