"... Lo vuelvo a ratificar: si yo estuviera apoyando en Colombia a cualquier movimiento subversivo, terrorista o violento, no estaría aquí...
... Amo esta tierra y quiero para ella lo mismo que para mi país: paz, unidad, progreso y desarrollo..."
Palabras del caradura más grande de Venezuela, al llegar a Cartagena -Colombia-, en visita oficial al hermano país. Visita que por cierto marca la reanudación de las relaciones bilaterales después de la cuasi-ruptura ocurrida durante 2008.
Es sorprendente que no pueda contener su necesidad de decir estupideces. ¿Cómo decir, sin que se le caiga la cara de vergüenza, que él no apoya a las FARC? Son vainas de locos, de quien es capaz de negar a su mamá si es necesario para lograr algo.
Cualquiera con dos dedos de frente tiene derecho a preguntarse: ¿este es el mismo tipo que hace un año, en su "memoria y cuento" en la Asamblea Nacional, solicitó a los gobiernos del mundo que sacaran a las FARC y al ELN de las listas de terroristas? ¿el que argumentó que esos panas tenían un proyecto que en Venezuela respetábamos? ¿el que dijo que Venezuela no limitaba al oeste con el estado colombiano sino con las FARC? ¿es el mismo tipo que insultó hasta cansarse al presidente Uribe y al ministro Santos?
Claro, dirán los chavistas que como las FARC no son ni subversivas, ni terroristas ni violentas, entonces no hay problema en apoyarlas. Ya saldrán los traductores de oficio a poblar los medios con lo que en verdad quiso decir el presidente. Que esa gente no es mala, que lo que pasa es que el imperio, a través de Uribe, los tiene jodidos. Que más bien esa gente, pobrecita, con pocos recursos proporciona comida y alojamiento gratis a quienes vayan a visitarlos.
El cinismo es la marca de fábrica de quienes no tienen vergüenza alguna.
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