En el marco de la toma de posesión del presidente de Ecuador, Rafael Correa, se desarrolló una muy breve Cumbre de presidentes de los países miembros de UNASUR.
Esta mañana los presidentes tuvieron un intercambio de pareceres respecto al tema de las bases militares de Estados Unidos en Colombia, cuestión que el gobierno venezolano se ha esforzado en poner sobre la agenda hemisférica a como de lugar.
Con la ausencia del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, el presidente Chávez pidió un punto de palabra al final del acto protocolar. Fuera de la agenda establecida, Chávez reiteró el monotema de los últimos días: Colombia y su gobierno representan un peligro para la paz del continente por la presencia del "imperio" en su territorio. Chávez dijo, una vez más, que Venezuela está amenazada.
Al concluir Chávez, en perfecta armonía habló Correa, a quien se le soltaron los demonios internos hablando de Colombia. A Correa le faltó diplomacia (cancha, en realidad) para no generalizar. Habló de Colombia como país agresor, sin hacer distinciones de ningún tipo, cosa que por supuesto le gana el desprecio de los colombianos.
Inmediatamente, luego de la descarga de Correa, habló el presidente de Brasil. Lula mostró un dominio extraordinario de la diplomacia y un olfato político que ya quisieran muchos. Puso la balanza y trajo de nuevo la cordura al escenario. Habló de la necesidad de reunirse directamente con Uribe y también con Estados Unidos.
No soy amigo de la política internacional que ha mostrado Lula con Venezuela, pero debo reconocer que se portó como un estadista en esta oportunidad.
Para apoyarlo, Cristina Fernández de Kirchner tomó la palabra. También bastante comedida. Con poses de estadista. La presidente de Argentina fue clara en sus puntos y habló de la necesidad de reunirse con Uribe, fuera de Quito y de Caracas. Ofreció su país como espacio de diálogo. Y fue groseramente interrumpida en varias ocasiones por el anfitrión Correa. Parecía el Chávez del "por qué no te callas". Malas lecciones recibe Correa de su caudillo en jefe.
Luego tomó la palabra Evo Morales, para decir que también se siente amenazado. Que él tiene pruebas de que el golpe de Estado en Honduras fue planificado desde la base militar estadounidense. Casi dijo que tenía miedo y, sinceramente, no convenció su parlamento.
Tomó la palabra la vicecanciller de Colombia (enviada del gobierno al acto), para decirle muy respetuosamente a todos los presidentes que no hay por qué temer a las acciones que tome Colombia en resguardo de su soberanía, su territorio y su gente. Y pidió que cuando se hable con Uribe se toque el tema del rearme de algunos países y la transferencia de armas a las FARC.
Finalmente, el presidente Lugo (Paraguay) se plegó a la posición equilibrada que puso Lula sobre la mesa.
Hace poco rato, estaba la pandilla del Alba bailando, cantando y recitando poemas con Correa: allá vimos a Chávez; Raúl Castro; Nicolás Maduro y Manuel Zelaya (pijama errante, como algunos lo bautizaron).
Todo ese show mientras en México, el presidente Obama acusaba de hipócritas a quienes (como Chávez) exigen que Estados Unidos actúe con respecto a Honduras, pero saltan escandalizados cuando se anuncia más cooperación de Estados Unidos con Colombia. Eso en medio de la Cumbre del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.
Así las cosas, el show de Chávez + Correa contra Colombia sigue vigente. Por lo pronto, Álvaro Uribe puede respirar tranquilo pues Lula y CK le pusieron un pañito refrescante al vaporón socialista... total, hay que darle largas al conflicto (un mesesito) hasta que el presidente Chávez decida dónde va a hacer sus futuras compras de carne, leche, carros y quién sabe qué más.
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