La situación de Irán, 13 días después de las cuestionadas elecciones presidenciales, resulta bastante compleja de analizar sin caer en lugares comúnes. Sin embargo, algunas (pocas) cosas parecen claras:
- A los ojos occidentales de los regímenes más o menos democráticos, la represión que ha desatado el gobierno contra los manifestantes es desbordada. Las palizas, los disparos, las persecuciones, los cercos, los francotiradores, los civiles milicianos armados -legales-, todo eso parece excesivo e innecesario cuando lo que tiene al frente es una multitud desarmada.
- Los jóvenes, universitarios o no, han sido la vanguardia de las protestas.
- El gobierno ha intentado frenar de todas las formas posible el flujo de información: ha limitado el acceso a internet (especialmente a Facebook; YouTube); ha prohibido a los periodistas cubrir las protestas; ha expulsado corresponsales extranjeros.
- Ante esa situación, la información se ha colado a través de las pocas rendijas posibles: Twitter, una de ellas. Por alguna razón que desconozco, Twitter se ha mantenido como una ventana de información importante. Claro, los que no quieren cambios en Irán están usando la misma ventana para crear confusión.
- La "calmada manera" en que la comunidad internacional se ha despachado el tema Irán. Los líderes mantuvieron por muchos días un silencio aterrador.
- La ONU; la Comunidad Europea; el G-7; los presidentes de países como Estados Unidos; Canadá; Brasil; España; Francia; Alemania. Todos, sin excepción, han dejado un mal sabor: o no les importa lo que pasa con los iraníes o hay un juego de ajedrez mayor en el que está involucrado Irán.
- Afganistán; Irak; Israel; Arabia Saudita... esos países son parte del ajedrez del Oriente Medio que tiene de cabeza a medio mundo.
- En algunos análisis de la situación iraní, desde el lado "socialista" y del chavista, se insiste en culpar a la CIA; Estados Unidos; Reino Unido; Unión Europea; Israel. También se insiste en un "guión prefabricado" para tumbar regímenes antiestadounidenses (y ponen como ejemplos las revoluciones ocurridas en los países de Europa Oriental).
- Algunos análisis más limitados recurren al viejo ardid de la desestabilización provocada por los oligarcas/ clase alta iraní contra el pueblo y los pobres.
Un extracto de un análisis en la Agencia Bolivariana de Noticias, con fecha 16 de junio y firma de Hernán Mena Cifuentes:
"... sin esperar el resultado de un recuento de los votos ordenado por las autoridades, ni mucho menos detenerse a pensar sobre la responsabilidad de la oposición en los hechos de violencia y muerte suscitados en la capital iraní, desde Londres, París, Berlín y otras capitales europeas sus dirigentes condenaron la respuesta que las autoridades iraníes dieron a las marchas que incendiaron las calles de Teherán.Quien quiera leer el artículo completo: http://bit.ly/eUQZo
Pero fracasaron en su intento por ocultar lo inocultable: una conjura que sigue la misma agenda de las llamadas “Revoluciones de colores” en las que las grandes potencias utilizan como “Caballo de Troya” a la clase rica y media alta, esa que habla inglés y viste de acuerdo con el último grito de la moda que ofrecen tiendas como la parisiense Collette, la londinense Liberty y la neoyorquina Barneys.
Son los mismos, o los descendientes de quienes se enriquecieron bajo la sombra siniestra del Sha Reza Pavlevi; los que reniegan como ayer de sus raíces culturales y pretenden arrancarlas para imponer una cultura ajena, la que impuso ese régimen brutal al país llenándolo de vicios y al pueblo de miseria, pobreza y muerte hasta que la Revolución de los Ayatolás les devolvió la libertad y la justicia.
Son los que pretenden reeditar en Irán la Revolución Rosa, de Georgia; la Naranja, de Ucrania; la de Los Tulipanes, de Kirguistán; la del Cedro, en Líbano; y otras más organizadas y financiadas por EEUU y sus socios de Europa occidental, conspiraciones similares a la que durante más de diez años vienen desatando contra Venezuela, la cual ha fracasado, como seguramente habrá de fracasar en el país persa ese coletazo de fiera en agonía que es el imperio.
Y es que el mundo será testigo más temprano que tarde del ocaso de la miseria humana que alberga un perverso sistema en decadencia, y mientras llega su fin, la humanidad coincide totalmente con Chávez, el líder que dijo en San Cristóbal y Nieves: “El capitalismo global se hunde en una crisis espantosa, pero todavía tendrá dentro de un tiempo, ojalá no muy largo, una capacidad para hacerle daño a los pueblos del Tercer mundo…”
Lo cierto del caso es que Irán es una bomba de tiempo. Nada más ver el mapa, comprendemos el impacto que tiene cualquier cosa que ocurra allí, aunque no aceptemos el silencio y la inacción del mundo civilizado.
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