Por estos lados se conoce a los melodramas televisivos como "culebrones", por la extensión temporal de sus historias. Como consecuencia, cualquier enredo con tonos melosos y cursis, es denominado igual.
En Cuba, a principios de este año, se produjo una decisión sorpresiva en el alto gobierno de la revolución dinosáurica. Carlos Lage, hasta entonces Secretario del Concejo de Ministros de Cuba; Felipe Pérez Roque, hasta entonces Canciller, fueron destituidos de sus cargos y obligados a renunciar a sus cargos en el Partido Comunista.
No se ha cometido injusticia alguna con determinados cuadros.
Ninguno de los dos mencionados por los cables como más afectados, pronunció una palabra para expresar inconformidad alguna. No era en absoluto ausencia de valor personal. La razón era otra. La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos.
... En sus breves cartas, muy similares la una a la otra, dirigidas a Raúl Castro, Lage y Pérez Roque aseguran que seguirán "defendiendo" y "sirviendo" los principios de la Revolución cubana, y manifiestan su "lealtad" al ex mandatario Fidel Castro a pesar de que éste les calificó como "indignos" y "ambiciosos".
Ambos ex dirigentes cubanos anuncian en 'Granma' su decisión de renunciar a sus condiciones de miembros del Consejo de Estado, del Comité Central del Partido Comunista y de diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
"Reconozco los errores cometidos y asumo la responsabilidad. Considero que fue justo y profundo el análisis realizado en la pasada reunión del Buró Político" del Partido en la que se decidió su destitución, afirma Lage en su misiva. "Reconozco plenamente que cometí errores, que fueron analizados ampliamente en dicha reunión. Asumo mi total responsabilidad por ellos", explica Pérez Roque.
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