Finalmente, después de casi 4 días fuera de las pantallas de TV, apareció el presidente Chávez en un acto realizado en el estado Vargas.
Por supuesto, no faltaron las bromas de rigor: que si le hago falta a los escuálidos; que si no pueden vivir sin mí; que si yo nunca en diez años he agarrado una semanita de vacaciones como otros presidentes; que si mi hija me dijo "tienes que salir papá" y yo le dije que no era ningún muerto para salir (carcajadas del auditorio), y finalmente, "aquí estoy... les salí".
A "pepa de ojo", no parecía venir de ningún reposo médico. No mostraba la sintomatología clásica del que ha estado en una cura de sueño. Tampoco parecía excesivamente maquillado, por aquello de unos supuestos golpes que le habían propinado. Y menos parecía venir de cuatro días de diarrea o vómitos. Parecía más o menos en sus cinco sentidos, aparentemente orientado en tiempo y espacio.
Lo del intento de magnicidio (o la "lloriconería magnicida", como muy punzantemente lo describe Manuel Caballero) no justifica cuatro días de desaparición. "Me querían asesinar en El Salvador, por eso me quedé viendo el acto en TV". Ni Bush cuando los atentados del 11 de septiembre del 2001.
¿Entonces qué? Ahora sí me atrevo a especular, seriamente, que el presidente se replegó un par de días para asimilar los golpes de efecto propinados por los intelectuales invitados la semana pasada.
El otro par de días fue para preparar la "estrategia" de cara a la eventual salida del país de la OEA; la sanción/ cierre a Globovisión y al periódico zuliano La Verdad; la toma de la gobernación de los estados Zulia y Táchira y las eventuales respuestas de civiles, militares y la milicia ante la expansión de las protestas públicas. Las universidades también están en la agenda.
Tal vez es exagerado. Pero descansando no estaba este señor.
Por cierto, muy buena la caricatura de Edo, muy a tono con lo que hemos venido comentando en estos días:
Así estamos. Dejando en manos de un enfermo de poder y megalomanía la tranquilidad y la paz social de todo un país.
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