Hace pocos días comenté que casi estaba convencido de que el apellido Obama era una de las marcas más poderosas que se habían construído los últimos años.
A lo mejor me odiarán por comparar peras saludables con manzanas podridas (Obama y Chávez), pero no hay más coincidencias que la consideración de ser una marca.
La marca "Obama" está recien lanzada al mercado mundial, mientras que la marca "Chávez" ya tiene tiempo en el mercado y ha dejado ver todas sus costuras en lo nacional e internacional. La marca "Obama" genera esperanzas en algunos; la marca "Chávez" provoca una mezcla de miedo y risa en otros.
Para entender un poco los planteamientos de Atkin, sugiero leer una entrevista corta: http://www.presston.com/feedback/art.asp?id=303
Por cierto, todo esto tiene que ver con algo que dijo el presidente Chávez ayer... uno de esos tantos "se me ocurrió" que rápidamente se convierten en plan de gobierno (extraído de Noticias 24):
... (El presidente Chávez) informó que los alimentos y bebidas no alchólicas tuvieron un incremento del 0,2% en el mes de febrero. “Casi en cero, porque estamos golpeando duro la especulación y el acaparamiento”, dijo.
Por otro lado, dijo que en el caso de los restaurantes y los hoteles, la inflación continúa incrementándose. “Claro, porque casi todos son privados. Yo voy a tener que inventar unos restaurantes populares para que la gente vaya”, dijo
“¿Quiere usted cenar con su señora el día de los enamorados? Restaurante Chávez”, agregó.
Garantizó que tendrá la mejor “atención y calidad de servicio...”
Paradójicamente para el presidente venezolano, esas prácticas de branding desnudan una inconsistencia ideológica profunda:
La marca Chávez, C.A. ® vende socialismo a precios del capitalismo más salvaje de todos los tiempos
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