La Feria de Lectura culmina hoy en la Plaza Francia de Altamira. Es una lástima que iniciativas de este tipo sean tan cortas y tengan tan poca frecuencia en nuestra ciudad.
A pesar de eso, valoro que haya quienes aún creen en el libro y la lectura como vehículos de cultura. Me dió gusto ver tantas personas aglomeradas alrededor de los distintos espacios de cada una de las editoriales. Mejor aún, la cantidad de chamos comprando algo o leyendo sentados alrededor de la plaza.
Podría decirse, sin temor a exagerar, que la feria se convirtió por unos días en la mejor estampa de una ciudad que se resiste activamente a la barbarie.
Lamenté, eso sí, que la oferta de libros fuese más bien escasa. Nada muy diferente de lo que puede encontrarse en las librerías de cualquier centro comercial -salvo muy contadas excepciones-. Si bien no soy "conocedor" de todas la novedades literarias del mercado, puedo decir que fueron pocos los títulos nuevos que llamaron mi atención.
Entre las curiosidades, estaba un stand que me conectó con otros momentos de mi vida: suplementos (tiras cómicas) de distintos autores y épocas se desplegaron ante mis ojos de niño de diez años y menos.
Archie; El Pato Donald, Mickey Mouse; Condorito; Los Chicos Malos; Tío Rico; la abuela Pata; el Lobo Feroz; Lobito; Moby Duck; Tribilín; Pluto; Daysi; Superman; Batman; Spiderman y muchos otros que se me escapan a la memoria.
Eso sí, carísimos los viejos suplementos. No apto para nuevas generaciones, quienes tendrán en internet sus comics del siglo XXI.
¡Ojalá tengamos más iniciativas de este corte en nuestra ciudad!
Así lució la Feria:
Feria de Lectura
Etiquetas: Lecturas, VenezuelaEscrito por Néstor a la/s 5:32 p. m.
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