"... A mi lo que me da es lastima, esos obispos, ese grupo de obispos que siempre salen me dan lástima. Habría que expresar para ellos una de las palabras de los mandatos de los clamores de Cristo en la cruz: 'perdónalos señor porque no saben lo que hacen', estoy convencido que eso es le cabe de manera perfecta a esos señores, cada quien que asuma...
... esos curas que así hablan representan los más retrogrado del pensamiento humano de todos los siglos. Esos son los de la inquisición, de las oscuranas, de la extrema derecha. Los que han apoyado muchas veces dictaduras terribles. Los (que) estuvieron y han estado al poder de la mampara (del lado) de las burguesías del mundo...
... (la Conferencia Episcopal) no representa la voluntad de la feligresía... Aquí estamos construyendo el reino (de Jesucristo), y ese reino es el socialismo...
... pero nuestro pueblo sabe cómo diferenciar las voces de Dios, que recogen el mandato de Cristo, más allá de lo que diga cualquier dirigente de oposición o un cura que dice hablar por toda la Iglesia, cuando se sabe que no es así...
Palabras del delirante presidente venezolano en un contacto telefónico con Venezolana de Televisión (VTV), a su llegada a China. La descarga a la Iglesia Católica y a los obispos vino como una reacción al documento emitido por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), en el que se critica fuertemente la creciente concentración de poder en el gobierno central.
Sólo a alguien fuera de sí, incontinente, sin ningún tipo de control, puede ocurrírsele la barbaridad de ofender a la Iglesia Católica en plena Semana Santa. Y sin argumentos, por supuesto. La ofensa, la descarga de ira contra los obispos, desnuda a los ojos del mundo al intolerante dictador venezolano.
El adjetivo "delirante" no es casual. El presidente venezolano, en su peligroso coctel de ignorancia y omnipotencia, es capaz de decir que aquí se está construyendo el reino de Jesucristo. Sólo un enfermo puede decir semejante cosa sin pestañear o sin que se le retuerza algún músculo.
Así estamos.
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