Caracas es una ciudad pensada para hace 60 años. De ahí en adelante, la ciudad pensada se convirtió poco a poco en la ciudad trancada.
De Norte a Sur. De Este a Oeste. Por arriba y por abajo. De día y de noche. Por el centro y por la periferia. Por las calles y por las vías (llamadas irónicamente) rápidas. Por la derecha o por la izquierda.
Trancada. Desesperadamente trancada por una salvaje jauría de metales y cauchos.
El tráfico debe ser declarado, URGENTEMENTE, un problema de SALUD PÚBLICA. No es broma. Tampoco ironía o humor ácido.
Violencia; furia; arrechera (descontento, para mis amigos latinoamericanos); impotencia; frustración; miedo; ganas de matar (en sentido figurado y a veces real); acidez estomacal; úlceras; dolor de cabeza; migrañas; ganas aguantadas de ir a un baño; hambre; deshidratación; tristeza; euforia (cuando se consigue avanzar diez metros); horas de trabajo perdidas; horas de familia o pareja perdidas.
Un coctel realmente explosivo. Un coctel individual pero también social. Volátil. Peligroso.
Es URGENTE. Las familias no pueden pasar cuatro horas o más en promedio metidos dentro de un carro, atrapados.
El tráfico; el transporte público; las vías; las leyes y la educación vial. Cinco ejes que hay que atacar, simultáneamente. YA.
Es es serio.
Del tráfico y otras miserias capitalinas
Escrito por Néstor a la/s 10:03 p. m.
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