Los venezolanos venimos padeciendo un terrible proceso de insensibilización sistemática respecto a ciertos temas públicos.
- No nos sorprende el corrosivo clima de inseguridad ciudadana que vivimos a diario.
- No nos sorprende ni un sólo crimen, por más grotesco o perverso que sea.
- No nos sorprende la ignorancia manifiesta, casi criminal, de ciertos funcionarios gubernamentales.
- No nos sorprenden los pésimos indicadores de salud que azotan al país.
- No nos sorprenden las declaraciones infinitamente peligrosas y groseras del presidente de la república.
- No nos sorprenden los indicadores de pobreza e indigencia que nos sacuden a diario en la calle.
- No nos sorprende la violencia política.
- No nos sorprende la falta de liderazgo e ideas en la oposición.
- No nos sorprende ser el hazmerreír de la comunidad internacional.
No nos sorprende nada.
Esa insensibilización sistemática nos lleva a ignorar incluso noticias tan feas como la de las muertes de jóvenes estudiantes (en realidad, ignoramos todas las muertes), ocurridas en las últimas semanas: la primera de ellas, en Mérida, en medio de protestas estudiantiles. Sobre este hecho se han volcado las típicas dos versiones del país que tenemos: lo mató la policía chavista/ lo mató otro estudiante "escuálido". A esas versiones tristes quedamos reducidos.No dejo de recordar que el Movimiento Estudiantil, de boca de su líder Ricardo Sánchez, dio "48 horas" al gobierno para esclarecer el hecho, amenazando con protestas a nivel nacional por el crímen. ¿Qué pasó? ¿Por qué aguantaron la protesta? ¿Alguna explicación?
El otro caso, igualmente feo, es el de la estudiante de 19 años, de comunicación social, encontrada muerta en Parque Caiza. El psiquiatra Edmundo Chirinos es investigado por la muerte de la joven. De hecho, hoy fue allanado su consultorio.
¡Y pensar que hasta finales de los años setenta el país entero se conmovía por los crímenes violentos que lo azotaban!
Hoy, ni siquiera el supuesto atentado a Raúl Baduel nos sorprende. De nuevo, o pensamos que lo quiere matar el gobierno o pensamos que es una farsa del militar.
¿Qué hará falta para movernos? ¿Alguna tragedia mayúscula? ¿Acaso no nos dicen nada los cielos encapotados? Bueno, mejor no ser profeta de ningún desastre.
¿Seguiremos volteando la mirada para otro lado mientras el país se nos va de las manos?
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