El aplastador en jefe bramó otra vez. Esta vez contra Colombia. Una de las amenazas más graves fue contra las empresas colombianas, a las cuales se amenazó con expropiarlas.
El aplastador en jefe hace lo mismo con empresas venezolanas. ¿Qué diferencia hay entre estas amenazas de expropiación hechas hoy contra empresas colombianas y las amenazas hace meses contra Empresas Polar? Fueron hechas con el mismo rencor, con el mismo odio con el que se le habla a un enemigo.
Ese es un síntoma más de que, más allá de la frontera geográfica, Chávez tiene sus propias fronteras mentales: el trato a los extranjeros que lo adoran es mil veces mejor que el trato a la mayoría de venezolanos. El trato a los extranjeros que no lo quieren, es sorprendentemente tan amargo como el trato que da a sus "enemigos" locales.
Lo de la "frontera mental" es un eufemismo. Es la frontera de la enfermedad. De la locura, en realidad. Tal vez Melanie Klein pudiera decirnos mucho más desde su teoría de "los objetos [psíquicos] buenos y malos".
Más adelante volveré con la teoría de Melanie Klein.
El aplastador en jefe
Etiquetas: Colombia, Venezuela, ViolenciaEscrito por Néstor a la/s 11:11 p. m.
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