Una vez pasado el shock inicial que trajo la noticia de la devaluación de la moneda, queda evaluar sus consecuencias en el entorno en el que nos movemos.
- Lo primera aproximación que se puede hacer al tema es política. No necesariamente la más importante, pero sí de alta consideración y estima del gobierno venezolano. Si hay alguna consecuencia que es dolorosa al chavismo es el efecto político de cualquier medida gubernamental.
- Es importante analizar que el presidente trató de "bajarle el perfil" a los anuncios económicos. La puesta en escena: un "consejo de ministros"; un pase como quien no quiere la cosa al canal de TV del Estado; una denuncia previa ("interceptamos aviones del imperio violando el espacio aéreo venezolano"). Viernes en la noche. No hubo cadena de radio y TV.
- Entendiendo que el presidente ordena encadenar la radio y la TV para decir cualquier pendejada que se le ocurra, durante el tiempo que mejor le parezca, es significativo que haya decidido hacer el anuncio así.
- Fue el propio presidente quien asumió la vocería de los anuncios gruesos. Un anuncio de ese calibre no puede ser dejado a los nulos ministros Giordani o Rodríguez Araque. Parece que el presidente se entrampó en aquello de que su liderazgo lo aguanta todo, hasta medidas tan impopulares como éstas.
- Ni el presidente ni los ministros explicaron la profundidad ni las implicaciones de las medidas económicas, lo que ha generado toda clase de confusiones. El presidente es alérgico a gobernar, a tomar medidas como estas, porque -entre otras cosas- no puede pontificar y hacerse el mártir. Resultado: hoy hay más dudas que ayer, más confusión y más alarma.
- En la práctica, las consecuencias del mal manejo de la economía, o del manejo de la economía como si fuese un enemigo al que hay que liquidar, las seguiremos pagando todos. Sin excepción. Vístase del tono de rojo que prefiera, igual pagará las consecuencias.
- La reacción de algunos venezolanos hoy ha sido la de salir desesperadamente a la calle a comprar artefactos electrodomésticos de distinto rango. La "lógica económica" (que en realidad de lógica no tiene nada) indica que estos productos van a desaparecer y luego reaparecerán con el precio duplicado. Es una carrera al abismo, pues al comprarse compulsivamente cualquier cosa, desaparecerá más rápido y vendrá más cara porque hay mayor demanda. Todo producto de la confusión, del no saber cuáles son las consecuencias reales de lo que viene.
- Habrá que ver que viene el lunes, cuando el mercado cambiario -el mercado de dólar permuta y de dólar paralelo- reabran sus operaciones. La misma lógica suicida anterior me lleva a pensar que el dólar paralelo se disparará a niveles nunca vistos, que el Estado tendrá que intervenir para evitar el desplome de los indicadores económicos y de la (poca) confianza en el país y que se intentará -una vez más- mezclar ideología con dólares.
- Viviremos momentos de incertidumbre. No descartemos que el mismo gobierno lance alguna medida atroz adicional o haga algún movimiento desesperado buscando enfocar las luces sobre un nuevo tema aún más escabroso. Supongo que en Colombia y Aruba deben estar en alerta máxima ante una posible escaramuza real o provocación verbal de Venezuela. Pero también aquí adentro debemos estar alertas. Zulia y Táchira, por ejemplo, son enemigos jurados de los chavistas.
Lo triste es que pareciera que ninguna fuerza política contraria al gobierno entiende la magnitud de lo que está ocurriendo y como que tampoco quieren darse cuenta.
Así estamos.
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