Así lo vieron dos caricaturistas:
Sigo con mis pensamientos al aire sobre la devaluación:
- La devaluación de la moneda venezolana es una medida mala, insuficiente, que además se toma tarde.
- Mala, porque trae como efecto inmediato la pérdida de confianza de los venezolanos en la situación económica del país, trae descontento social y seguramente generará inflación y desabastecimiento elevados en el primer trimestre del año. No olvidemos que Venezuela es el país con la mayor inflación de América.
- Insuficiente, porque no se toman medidas alternas, destinadas a proteger a los ciudadanos ante la inflación y el desabastecimiento. Se habla de "fondos" para exportaciones y sustitución de importaciones, sin que quede claro cómo van a funcionar. Entendiendo que las consecuencias del anuncio de devaluación se viven desde ayer, las medidas complementarias también debieron estar vigentes desde ayer. No es con amenazas contra los comerciantes como se va a solucionar el problema.
- Tardía, evidentemente porque el bolívar fuerte estaba de facto devaluado desde hace tiempo. El cambio de BsF 2,15 por US$ era irreal. La mayor parte de empresas y comercios que tienen que hacer importaciones, lo hacían al precio del mercado paralelo o del llamado "dólar permuta", bastante por encima de la cotización oficial. Pensar que ahora, esos mismos que tenían que comprar el dólar entre BsF 5,00 - 6,00, ahora lo van a poder comprar a BsF 4,30 es cuando menos iluso.
- ¿Qué hará el gobierno para evitar la carrera suicida que se disparará mañana con el dólar paralelo? Lo único que puede hacer: intervenir en el mercado, inyectando dólares de la Reserva para amortiguar la alta demanda y evitar escasez.
- Lo mismo que ocurrió ayer y está ocurriendo hoy con los electrodomésticos, probablemente ocurra mañana con el dólar.
- La otra opción que le queda al gobierno es intervenir (con más leyes y fiscalización) el mercado del dólar permuta, el que se hace a través de las Casas de Bolsa y Sociedades de Corretaje de Valores, desprestigiadas luego de la crisis financiera de finales del año pasado.
- Creo que el gobierno cometió un error comunicacional importante: el anuncio de una medida de este tipo debe hacerse para que tenga vigencia e impacto inmediato, a la vez que el gobierno debe estar preparado para calmar los ánimos y no dejar cabos sueltos. Es decir, estas medidas no debieron comunicarse un día viernes, y debió hacerse con la seriedad y racionalidad que amerita el caso. Con planteamientos técnicos, racionales, con preguntas y respuestas. Ahora, el gobierno se enfrenta a la desinformación ciudadana que se hará patente mañana, con todo el malestar social y político que eso genera.
- Dice el presidente que estas medidas había que tomarlas "porque importamos casi todos". Lo cual es cierto, en Venezuela se importa casi todo lo que se consume en cualquier ámbito. Somos una economía de puerto: extraemos y embarcamos petróleo, recibimos a cambio alimentos y bebidas; vestimenta; tecnología y distintos artefactos.
- Hay un problema extremadamente grave de falta de producción: no producimos suficientes alimentos; ni energía eléctrica; ni vestimenta ni tecnología o distintos artefactos. Y con una medida como la devaluación de la moneda, SIN NINGÚN INCENTIVO PARA LA PRODUCCIÓN NACIONAL, con el aparato productivo desmantelado y amenazado, con una población anestesiada a punta de subsidios y que trabaja mayoritariamente en el sector comercio (porque no producimos nada sino que comerciamos todo), todo indica que la devaluación nos va a joder aún más.
Por supuesto, espero estar equivocado.
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