Un poco extraña la decisión de otorgarle el Premio Nobel de la Paz al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Es difícil de rebatirla pero también difícil defenderla.
Trato de ser realista, Obama no ha enfrentado en su presidencia la primera gran decisión en política nacional o internacional que exponga a su país a la paz o a una guerra.
Irak y Afganistán son dos tragedias heredadas en las que no ha podido hacer otra cosa que cumplir lo prometido en la campaña electoral. Irán y Corea del Norte son dos potenciales tragedias en las cuales se ha ido corriendo la arruga a lo largo del tiempo (algunos llaman a eso diplomacia) sin una salida aparente al laberinto nuclear. Venezuela - Cuba - Nicaragua - Ecuador - Bolivia son caricaturas de tragedia para la Casa Blanca, aunque no para los que vivimos esa tragedia a diario. Honduras es el globo de ensayo de la influencia estadounidense, brasilera y "albista" en estas tierras de Dios.
Todas las simplificaciones son malas. Más cuando se habla de política. Pero lo cierto es que Obama se ganó el Nobel por sus buenas intenciones, por su imagen, por el simbolismo de su elección... y, tal vez, para ponerle un candado adicional a la supuesta política guerrerista del "imperio" (que, a decir de Rafael Poleo, existe y es maluco).
Aunque recordemos que casi todas las guerras tienen la bandera de la paz... así como casi todos los golpes de Estado tienen la bandera de la democracia.
Me parece que es un premio que le viene como anillo al dedo a la imagen de Barack Obama. En términos de "marketing", podríamos decir que va bien con su "brand equity". Como un sello de calidad que se le de a una cerveza, por ejemplo. Pero esto no es marketing, es política, y las reglas no necesariamente son las mismas.
Ayer pensé, como muchos venezolanos seguramente, cuál habría sido la reacción del chavismo ante tal premio. La "defensora" del chavismo se encargó de sacarnos de dudas temprano. A los ojos chavistas, eso no es más que una componenda (¡otra más!), que ese premio está vendido, que lo que se quería era darle carta blanca al negro Obama para "intervenir" pacíficamente a cuenta de premio Nobel, que se quería joder a la verdadera pacifista doña Piedad Córdoba (senadora colombiana... y desayunadora y almorzadora, como le dicen por acá).
Más allá, en el site de los premios Nobel encontré unos datos interesantes. Estos personajes fueron nominados en algún momento: Joseph Stalin (en 1945 y en 1948); Adolf Hitler (en 1939); Juan Domingo Perón y Eva Perón; Benito Mussolini. Me estoy saltando a nombres como Ghandi; Truman; Roosevelt; Churchill, etc.
Vale destacar que el comité del Premio Nobel no puede divulgar los nombres de los nominados sino hasta 50 años después, lo que se puede saber es el número de nominados de cada año.
Fuente: http://nobelprize.org/
Quien sabe qué cantidad de desvergonzados habrán sido nominados este año o los anteriores. Sólo el tiempo lo dirá.
Por ahora, Obama cargará con su Nobel menos como un premio que como un compromiso y tal vez un peso muerto a la hora de tomar decisiones cruciales para su país. En el Pentágono (supuesta sede del imperio maluco) no deberían estar muy contentos entonces.
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