No había querido escribir sobre la huelga de hambre que se estaba realizando en la sede de la OEA en Caracas, encabezada por Julio César Rivas, dirigente estudiantil.
No quise escribir por una razón: cualquier persona que se someta voluntariamente a una huelga de hambre, sean las razones que sean, merece respeto. Al menos merece un sentimiento de solidaridad humana. Como lo escribí en algún momento, no cualquiera tiene el valor para someterse a semejante protesta. No estuve de acuerdo con esta nueva jornada de huelga... pero admiro y respeto a quienes estuvieron allí.
Dieciocho días estuvieron los estudiantes en huelga de hambre, la cual ha culminado hoy tras la visita a Venezuela de una comisión de la OEA. Vale la pena recordar que la huelga tenía por objetivo la entrada al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, para que observara "in situ" la situación de los presos políticos que hay en el país.
Se llegó a un término razonable: no llegó la CIDH (básicamente porque el gobierno no permite su entrada al país), pero llegó una comisión de la OEA, lo cual tiene significado político en esta Venezuela gobernada a manotazos e insultos.
Esos gestos políticos merecen nuestra atención. El insulto y la bala no son políticas. Son consecuencias de la falta de ellas.
Me parece que esta visita de la comisión de la OEA era una buena forma de dar por terminada la huelga.
Una huelga que, creo, no debió producirse.
Hace pocas semanas los mismos estudiantes salieron de una huelga de hambre. Huelga que decidieron, voluntariamente, concluir. Incluso, viajaron a Washington a reunirse con José Miguel Insulza. El objetivo parecía cumplido.
¿Qué motivó a Julio César Rivas, participante de la anterior huelga de hambre, a intentar de nuevo el mismo camino? ¿Acaso la OEA no cumplió con la comisión del Movimiento Estudiantil venezolano que fue a Washington? Eso, de por sí, era motivo para denunciarlo ante el mundo.
¿Acaso Rivas terminó de manera forzada la huelga anterior? ¿Qué pasó allí? ¿Cuándo nos van a contar esa parte de la historia?
Me alegra que la huelga haya terminado. Venezuela necesita a todo su Movimiento Estudiantil (a Julio Rivas pero también a los demás), en buen estado de salud y con todos sus sentidos bien puestos.
La batalla apenas comienza. El gobierno tuvo que ceder para permitir la entrada de esta comisión (obviamente no entraron escondidos al país).
Lo que me preocupa es que el gobierno no cede sin después aplastar... ya tenemos muchas experiencia acumulada en estos 11 años como para caer por inocentes y dejar caer por inocente -como quien no quiere-, a los jóvenes estudiantes.
El fin de la huelga
Etiquetas: CIDH, OEA, Protestas, VenezuelaEscrito por Néstor a la/s 6:17 p. m.
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