"... Nosotros condenamos las acciones en la sinagoga de Caracas...
... ¿A quién beneficia ese o esos hechos violentos? No es al Gobierno al que beneficia, ni es al pueblo al que beneficia ni es a la revolución a la que beneficia. Están tratando de perturbar el clima que cabalga por Venezuela...
... Están tratando de cambiar la dinámica que está en marcha, están tratando de quebrar una tendencia que está en marcha, ustedes saben perfectamente a qué me estoy refiriendo. Están tratando de ensombrecer una pronta victoria popular que ya está echada en el calendario...
... Así lo digo al país, y haremos todo lo que esté en nuestras manos, todo lo que esté al alcance de la ley para demostrar, señor ministro (del Interior) Tareck El Aissami, para demostrar las verdaderas causas de estos hechos... La oligarquía es la violenta, ella es la que mata, la que conspira, la que amenaza con incendiar Caracas, la que quema el Ávila, la que utiliza unos jóvenes sin alma, les quitan el alma y los largan como carne de cañón a buscar hechos de violencia..."
Palabras del presidente Chávez, al responder a las acusaciones hechas contra el gobierno, por su presunta responsabilidad en los ataques antisemitas -especialmente el asalto a la sinagoga de Caracas-.
Era de esperarse semejante respuesta. Seguramente las investigaciones del gobierno darán como culpables a Manuel Rosales, Raúl Baduel, Alberto Federico Ravell o Antonio Ledezma. Seguro ellos fueron los que se encapucharon, empuñaron las armas y agarraron el spray para profanar las paredes de la Sinagoga. Obvio. Eso es para que los judíos se arrechen, instiguen a los yanquis y pitiyanquis y vengan a invadirnos y matar al comandante. Es el pacto de Puerto Rico.
Chávez debe creer que la mitad del país es una manga de imbéciles. Al medio país que lo sigue, claro. Porque la otra mitad no existe.
El ataque a la Sinagoga de Caracas lo embadurna con el referendum del 15 de febrero y lo rebaja a pelea interna política, tratando de evitar el verdadero significado que tiene ese asalto en la política internacional. No fue por el referendum que profanaron la Sinagoga presidente, fue por su posición claramente antisemita asomada los últimos meses.
Se les pasó la mano, presidente. Usted lo sabe. Y no hay excusa posible.
Eso de que "haremos todo lo que esté en nuestras manos, todo lo que esté al alcance de la ley para demostrar, señor ministro Tareck El Aissami, para demostrar las verdaderas causas de estos hechos" no es más que una confesión de incompetencia brutal.
Si el salvaje ataque contra la Sinagoga fue "ordenado" desde el alto gobierno, significa que estamos ante un gobierno de corte netamente fascista. Sin ninguna duda. Si el ataque fue "ordenado" por la oposición, significa que estamos ante un gobierno pelele, débil, que no puede siquiera garantizar condiciones mínimas de seguridad para nadie, ni puede anticipar que hechos de esta naturaleza puedan ocurrir. Cualquiera de las dos opciones es fatal.
Es obvio que ésto fue preparado por quienes tienen armas e impunidad, por quienes se protegen con la sombra del poder del Estado. Pero como le digo señor presidente, esta vez se les fue la mano.
¡Así dijeron!
Etiquetas: Antisemitismo, Caracas, ViolenciaEscrito por Néstor a la/s 3:52 p. m.
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