Hoy fue suspendida la emisión 363 de ¡Aló Presidente!
Para quienes no sepan, ¡Aló Presidente! es el programa maratónico semanal del presidente Chávez, donde por igual se ordena el envío de tropas a la frontera, se riega de mentiras al país, se cantan coplas, salen regañados ministros, se insulta a la oposición, se lanzan las órdenes de la semana para el resto de los poderes públicos, se pontifica sobre la mala situación de otros países y se pelea con otros presidentes.
Puede empezar cuando el comandante quiera, a la hora que quiera... igual pasa con su culminación. Es cuando él quiera. Cuatro, cinco, seis, siete u ocho horas después.
Siendo una de las pocas "instituciones" u obra concreta y permanente del gobierno venezolano, sorprende que hoy se suspenda la emisión aduciendo "fallas técnicas".
Que a estas alturas el gobierno no pueda controlar fallas técnicas de producción de su único producto de exportación es una muestra de inutilidad descomunal. Por otra parte, si pretenden mentirnos con esa excusa de las fallas técnicas nos demuestran un desprecio olímpico a la inteligencia de todos nosotros.
En medio de una crisis diplomática sin precedentes con Colombia; de una crisis interna también sin precedentes con la Iglesia Católica y la mitad de la sociedad; en medio de un megaescándalo de corrupción e ineficiencia que retrata de cuerpo entero el espíritu del gobierno (caso PDVAL), que el presidente decida privarnos de sus magnas palabras es signo de algo extraño.
Es equiparable a la suspensión del viaje a Cuba la semana pasada, más aún si ya Fidel está de pie listo para recibirlo y para masajearle el ego en público.
A diferencia de otras veces que el presidente se desaparece un par de días y después se regocija porque le hizo falta a los demás, esta vez estamos en medio de una campaña electoral trascendental y muchos problemas.
¿En qué estará ocupado Chávez?
¿Husmeando los huesos del Libertador? ¿espolvoreándose las partículas recogidas en la exhumación? ¿Moviendo soldaditos y carritos de plástico sobre un mapa de la Gran Colombia del siglo XIX? ¿visitando ciertas coordenadas dadas por cierto gobierno vecino? ¿excavando alguna fosa para enterrar alimentos "no conformes"? ¿bañándose en la piscina de la finca de Diego Arria? ¿jugando "a la casita" en la propiedad tomada a Mezerhane? ¿exorcisándose con algún monseñor amigo? ¿buscándonos las mejores variedades de piedras para comer?
Sea lo que sea, lo más probable es que no sea nada bueno.
Así estamos.
Fallas técnicas... o un domingo sin Chávez
Etiquetas: Venezuela, Verbo disolventeEscrito por Néstor a la/s 6:19 p. m.
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