El infierno venezolano

I

Hay varias versiones de un chiste sobre el "infierno venezolano". Veamos:

Un hombre muere, y va al infierno. Allí descubre que hay un infierno para cada país. Va primero al infierno alemán, y pregunta:

- Qué te hacen acá?; y el ultimo en la fila le dice:
- Aquí, primero te ponen en la silla eléctrica por una hora, luego te acuestan en una cama llena de clavos por otra hora, y el resto del día, viene el diablo alemán, y te da latigazos.

Al personaje no le gustó nada, y se fue a ver en que consistían los otros
infiernos.

Tanto el infierno estadounidense, como el ruso, y el resto de infiernos de distintas naciones hacían lo mismo; entonces, ve que en el infierno venezolano hay una fila llena de gente esperando por entrar.

Intrigado, pregunta al ultimo de la fila:

- ¿ Qué es lo que hacen acá?; y el individuo le dice:
- Aquí te ponen en una silla eléctrica por una hora, luego en una Cama llena de clavos por otra hora, y el resto del día, viene el diablo venezolano, y te da latigazos

- ¡Pero es exactamente igual a los otros infiernos!; ¿porqué hay aquí tanta gente queriendo entrar?.

- Porque nunca hay luz, la silla eléctrica no sirve, los clavos de la cama se los robaron todos; y el diablo viene, firma y se va.


"Llega una persona que fue muy mala al infierno venezolano, y pasan días y días y nadie lo castiga o lo tortura, hasta que decide quejarse y preguntar qué es lo que pasa y se encuentra a un demonio y le pregunta: - oye, tengo días acá y no ha pasado nada, que pasa?, a lo que le responden: - estas en el infierno venezolano, acá la cosa es así, el castigo consiste en que te tienen que llenar de mierda, pero, cuando esta la mierda y el balde, no está la persona que te lo hecha, cuando esta balde y la persona, no está la mierda y cuando esta la persona y la mierda no está el balde”.
Todo gira en torno a reírnos de nuestra propia incompetencia. El chiste es vernos reflejados en nuestra propia idiosincracia, revolcarnos en nuestro lodazal de pequeñas trampas y corruptelas que amenizan lo cotidiano.

II

Pero el infierno venezolano tiene más facetas, aparte de la reflejada en los chistes.

Nuestro infierno está en la profunda incompetencia de nuestra clase dirigente para tratar temas fundamentales del país: la seguridad personal; la salud; la seguridad social; el poder adquisitivo; la inflación; la producción y abastecimiento normal y constante de alimentos; la industria; seguridad jurídica; mantenimiento de infraestructura; suministro de energía eléctrica y agua; transporte público; las relaciones internacionales; etc.

Son innumerables los desaciertos y las metidas de pata a todo nivel. El deterioro es más profundo que ni programado hubiese sido tan efectivo. Por donde se mire, el país se derrumba ante los ojos deprimidos y temerosos de muchos venezolanos, y ante los ojos incrédulos de otros tantos que prefieren no ver a enfrentarse al desastre.


III

Noticias como el asesinato de dos mujeres en Parque Caiza en Caracas, luego de ser robadas y abaleadas; el peligroso tejido que armó el gobierno venezolano con las FARC y ETA; el vergonzoso pasodoble que bailan Chávez y Zapatero, fisgoneados de cerca por el insólito canciller español Moratinos; los cortes programados y no programados de electricidad en casi todo el país (con excepción de Caracas); las amenazas de suspensión del servicio eléctrico a quienes sean "altos consumidores"; la pelea interna del chavismo (Henry Falcón - PPT vs. Chávez - PSUV; TSJ vs AN); las más aún vergonzosas peleas por las candidaturas de la oposición...

Hago un paréntesis para hablar de las candidaturas de la oposición a la Asamblea Nacional. La sorda pelea entre Enrique Mendoza y Julio Borges, así como entre Henrique Salas Röemer y Henry Ramos Allup; así como entre Leopoldo López (Voluntad Popular) y la Mesa de Unidad; así como entre presos políticos y políticos de la Mesa; así como entre candidatos independientes y candidatos de partidos... todas esas peleas generan profundos desencuentros entre opositores.

Para unos, es la confirmación de que la "oposición" de los partidos trabaja para Chávez y el chavismo ramplón del PSUV.

Para otros, es la confirmación de la pobre casta de políticos que tenemos, lo que nos hace "merecedores" de ese castigo tremebundo llamdo Chávez.

Para algunos, es normal y sana la discusión "democrática" pero apasionada entre partidos.

Para otros, es la confirmación de los peores temores que siempre han existido sobre Borges, Allup, López, Mendoza; Salas Röemer: sólo se disputan las sobras, cual carroñeros mostrándose los colmillos listos para despellejar lo que se atraviese.

Para mí, es una confrontación inútil, de muy baja calidad política, totalmente desmoralizadora y desmovilizadora.

No creo en dogmas como "participar porque sí" o "abstenerse porque sí", ni tampoco creo en "primarias porque sí" o "consenso porque sí". El momentum político da la pauta y el olfato sumado a la experiencia son los que determinan el mejor proceder.

En este caso, creo que tienen razón quienes argumentan que la Mesa de Unidad debe privilegiar la participación (léase, primarias). Ahora bien, estos mismos factores debieron organizarse previamente y PARTICIPAR en la Mesa de Unidad, simplemente para que su protesta no sea vista como sabotaje calculado. Ese es el caso de Voluntad Popular y Leopoldo López.

Pero lo de Borges y Mendoza raya en lo insólito. Ambos fueron factores determinantes de la Mesa de Unidad y ambos quieren el llamado "puesto salidor" en la Asamblea Nacional.

En este punto desesperante, no hay mejor resolución de estos conflictos que la consulta popular. Lastimosamente, no podrá ser posible en todos los casos por falta de recursos, COSA QUE LA MESA DE UNIDAD Y TODOS LOS FACTORES DE OPOSICIÓN YA SABÍAN DESDE HACE TIEMPO!!

Creo que se dejó correr la arruga para el peor momento: cuando el país se está cayendo (transformado en un insólito e inhóspito infierno venezolano), nuestros posibles representantes a la AN están insultándose entre ellos. Cuando Venezuela tiene encima la peor acusación internacional (asociación y colaboración con terrorismo), Ramos Allup y Salas Röemer se desgañitan para descalificarse. Mientras el país se apaga lentamente, Borges y Mendoza se pelean por un puesto salidor.

Así estamos.

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