Variaciones de un mismo tema

Mientras el gobierno venezolano hace todo lo posible por causar alguna reacción (bien sea en la oposición local, en el exterior o tan siquiera en sus propios seguidores), el mundo sigue girando y no precisamente alrededor de la revolución chavista.

El presidente se ha dado la tarea las últimas semanas de intentar ofender e irritar a todos los que su fértil imaginación le permita. Desde Obama, pasando por Uribe; el ministro de defensa colombiano; el cardenal Urosa; los ricachones chavistas de bancos intervenidos (quienes apenas representan la punta de un iceberg aterrador y delincuencial); a Diosdado Cabello; a Henry Falcón; ha llenado de elogios al terrorista conocido como El Chacal y al carnicero de Uganda Idi Amin...

En Uganda respondieron con indignación ante la exhaltación hecha por Chávez a tamaño delincuente como Idi Amin.

Este señor, para darnos una idea de la locura en la que estaba envuelto, tenía los siguientes títulos: Su Excelencia el Presidente Vitalicio; Mariscal de Campo Al Hadji Doctor Idi Amín; Señor de todas las bestias de la Tierra y de los peces del mar; Conquistador del Imperio Británico en África en General y Uganda en particular y Rey de Escocia.

Pero la crispación de los ugandeses no es la que busca Chávez, pues esa no le alcanza para su "proyecto". Busca desesperadamente un enemigo cercano, que le de pantalla, micrófonos, centimetraje, alcance mundial.

Busca desesperadamente un Bush Jr. que le de notoriedad y un lugarcito en la izquierda mundial. Lugar que ya se llevó Lula, su aprovechado mentor, quien lo ha empujado al barranco sólo para verse en lugar de "salvador".

La pelea de Honduras, cuyo capítulo electoral de hoy es una estocada al chavismo, ya se perdió hace rato... y la sombra de esa colosal derrota perseguirá a Chávez por el resto de su vida política, con el bacalao de Zelaya a cuestas, que sólo la estupidez redentora e imperialista de Lula lo mantiene alojado en la embajada brasileña (hecho sin precedentes en la diplomacia moderna).

Sólo queda rumiar las derrotas y lamerse las heridas. También queda provocar hasta el infinito, para ver qué batalla sale por ahí, que sea digna del neolibertador comunista que ahora está llamando a una "Quinta Internacional Comunista Socialista"... como si con esa vaina, otra segura Cumbre de grandilocuencias e insultos contra el imperio (que existe y es maluco, a decir de Rafael Poleo), fuesen a bajar los índices de delincuencia, violencia e inflación que tanto amargan las vidas de los venezolanos.

Así estamos.

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