El verbo disolvente

"... Este ex intelectual también debe haber perdido algo de inteligencia al expresarse de manera irrespetuosa contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y contra iconos del pueblo latinoamericano como el argentino cubano Ernesto “Ché” Guevara...

... este deslenguado, que ha venido varias veces al país, no tiene siquiera inteligencia suficiente como para no agredir íconos del pueblo...

... un señor como Vargas Llosa ha perdido su condición de intelectual; es un ex intelectual (…); nosotros estamos construyendo y él tratando de destruir...

... (Vargas Llosa) obtuvo la nacionalidad española porque le da vergüenza ser peruano..."

Quien habla de esa manera es nuestro flamante ministro del poder popular para la cultura, Héctor Soto.

El ministro se puso en bandeja de plata para todos los mamadores de gallo del planeta. ¿Cuántos saben que nuestro flamante ministro de cultura es de profesión veterinario con maestría en trasplantes de embriones y reproducción animal? Supongo que pocos lo saben.

¿Importa eso? Depende. Si el ministro aventura comentarios sobre las causas por las cuales Vargas Llosa se nacionalizó español, no sería menos descabellado que Vargas Llosa o cualquier otro mortal se pregunte con curiosidad cómo es eso que la cultura del país la dirige un veterinario.

Ojo, no me importa que sea veterinario. Es el sueño de muchos. Pero es legítimo entender qué motiva al presidente Chávez a poner a un veterinario encabezando el ministerio de cultura.

Vale la pena leer estas palabras del ministro Soto, publicadas en el site del ministerio:

Cuando alguien me pregunta: "¿y usted qué tiene que ver con la Cultura?" le contesto que yo mismo soy un hecho cultural. Para mí, la Cultura no es un grupo de ilustrados que gravitan alrededor de las Bellas Artes. Las definiciones que nosotros asumimos, y a partir de las cuales diseñamos las políticas culturales, son fundamentalmente dos: la primera es que la Cultura representa lo que somos, lo que fuimos y lo que queremos ser. Eso se lo hemos oído al Presidente muchas veces, es la definición que él da, porque definiciones de Cultura hay miles, pero uno tiene que asumir alguna para diseñar sus políticas.

Después valoramos la definición de José Martí cuando dice: "Ser cultos para ser libres", porque la Cultura debe ser un instrumento de liberación para los pueblos...

URL: http://bit.ly/7V0VY

Si él se considera un "hecho cultural", ¿qué pensará sinceramente acerca de Vargas Llosa? ¿Pensará en su fuero interno que ese señor nacionalizado español no es un "hecho cultural"?

¿Será que al ministro le da vergüenza ser veterinario y por eso trabaja en cultura? Suena absurdo, ese es su problema. Igual que es problema de Vargas Llosa las razones que lo llevaron a tomar sus decisiones.

Señor ministro, hacer cultura no es insultar, fustigar, apartar. Hacer cultura es integrar, cohesionar, aprender, conocer, respetar las diferencias. Empecemos por ahí, señor ministro. Dése su puesto, si tal cosa fuera posible con el gobierno que tenemos.

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