El verbo disolvente

“... Un país soberano y en revolución no puede permitir el abuso diario y permanente de ollas mediáticas, desinformación y campañas de terror...


... En el país, que es para la oposición venezolana como un símbolo o ideario de la libertad, el director de la FCC (organismo que controla las comunicaciones en los Estados Unidos) con sólo tomar una decisión puede cerrar un canal, a diferencia de Venezuela donde existe un proceso investigativo que permite, además, la defensa por parte del medio...

... ¿Hasta cuándo los venezolanos tienen que soportar la manipulación mediática de Globovisión?... ha llegado la hora de ponerle fin a ese abuso”


Palabras lanzadas hoy por William Castillo, presidente de TVES, canal de televisión del Estado, producto del robo de la señal radioeléctrica de RCTV. Por cierto, ¿William Castillo? Alguno de esos personajes menores del chavismo que no se ven, pues la sombra del jefazo lo abarca todo.

Da pena ajena escuchar a toooooodos los funcionarios menores del chavismo -es decir, cualquiera que no sea Chávez- repetir como el eco todas las arbitrariedades del jefazo. Arbitrariedades que, por cierto, llegan en muchas ocasiones a la incitación al odio y otros delitos.

Pero no podía ser de otra manera. Si el presidente de TVES decía algo ligeramente diferente, perdía inmediatamente el carguito, el quince y último pues. Tampoco nadie podía haber esperado algo diferente de alguien que sea presidente de TVES.

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